Flores en su
Patria, y entre
los suyos...

El 12 de noviembre de 1991 los restos mortales de Jóse Asunción Flores regresaron al Paraguay. Fueron recibidos con el emocionado homenaje de su pueblo y descansan en la céntrica plaza asuncena que lleva el nombre de "Manuel Ortiz Guerrero y José Asunción Flores".

El más grande poeta viviente del Paraguay actual, Elvio Romero, fue encargado por la Comisión de Repatriación para escribir el epitafio que cubre la loza bajo la cual están sepultados los restos del maestro: "Hecho de sueño y música, un hombre verdadero aquí descansa".

Esa misma Comisión de Repatriación, aquel inolvidable día de noviembre, espresaba en un suplemento de prensa especialmente preparado para la ocasión: "Por encima de las humanas miserias, estás llegando a este, que es tu sitio. Muchos años pasaste lejos de tu Patria, otros varios pasaron desde tu fallecimiento y, en todo ese tiempo, tu pueblo se vio envuelto en muchos avatares, en la constante y firme búsqueda de su Libertad. Esa misma Libertad que los grandes como tu, quienes triunfan finalmente, alumbran como antorcha que no se apaga jamás.

La sociedad paraguaya empieza a saldar hoy su larga deuda contigo. Que la presencia de tus restos sagrados nos fortalezca en el convencimiento de que nunca más se deben castigar las ideas que nos recuerde que es necesario que la palabra exilio se borre para siempre de nuestro lexico.

Que tu presencia
nos hermane,
como tu música.
Bienvenido a casa,
querido Maestro".

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