ROJAS SILVA REKÁVO
La llama de la ira encendida (x)
por:
Mario Rubén Álvarez
(Poeta y periodista)
Emiliano R. Fernández y el teniente Adolfo Rojas Silva eran amigos. El poeta y el joven militar, por el azar de la vida, se encontraron en el Chaco entre fines de 1926 e inicios de 1927.
”El poeta trabajaba en el obraje del español Gregorio Leoz –padre de Nicolás Leoz, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol-, al servicio de la empresa Carlos Casado. Estaba en el kilómetro 61 de la vía ferrea que llegaba hasta Punta Riel, en el 160. Rojas Silva acampaba, entonces, en el kilómetro 50, al frente de una cuadrilla que realizaba la prolongación del hilo telegráfico. Ese trabajo era uno de los preparativos bélicos, ya que el Gobierno de Eligio Ayala tenía la certeza de que tarde o temprano los cañones iban tronar en los cañadones chaqueños. Como la distancia entre ambos amigos era nada más que de dos leguas –eso, en el Chaco, es a dos cuadras- se venían a menudo”, cuenta Eugenio Hermosa Selliti, rastraeador infatigable de las huellas de Emiliano en el norte del país.
Las tertulias eran frecuentes. Emiliano iba hasta la carrería del kilómetro 50 o Rojas Silva se apersonaba en el rancho del 61. Todo era muy austero, mas nunca faltaban la guitarra, el canto, la buena carne de res y la caña. Una vez, en la pausa de las cuerdas de los músicos, Rojas Silva contó que su misión era desalojar a los bolivianos del territorio paraguayo. Emiliano se entusiasmó porque ése era su ferviente deseo. Alentó a su amigo, e incluso le adelantó que si la patria lo llamara, su sangre estaba dispuesta al sacrificio.
Pasó algún tiempo y el teniente –con sus escasos soldados, a caballo todos- se adentró en el Chaco. ”Pernoctó en el kilómetro 104, un obraje a cargo de Peláez, otro español. Después, al parecer, se encontró con su jefe, que estaba también en la zona, y habrían tenido una desavenencia. De ahí Adolfo Rojas Silva volvió al asiento de su unidad, Concepción. Paró en el hotel de Casado antes y sacó pasaje para la motonave ”Concepción”, cuenta Eugenio Hermosa Selliti, oriundo de Caapucú, administrador de la empresa Carlos Casado.
De Concepción, Rojas Silva volvió al Chaco. A fines de febrero de 1927 él y sus soldados, en el Fortín Sorpresa, cayeron muertos por balas bolivianas. Este episodio, que enciende los ánimos –ya, desde luego, caldeados- de los paraguayos, fue la primera mecha que estuvo a punto de iniciar la guerra. El Gobierno de Eligio Ayala, sin embargo, sabía que responder a esa agresión –en ese momento- era entregar el Chaco. El Paraguay, por entonces, estaba preparándose para la hora inevitable que llegaría en 1932.
El episodio del Fortín Sorpresa inspira dos poesías a Emiliano. Las escribe en el kilómetro 61 de la vía férrea de Carlos Casado. Una es el compuesto Teniente Rojas Silva, en el resalta la juventud de Adolfo –veinte años mombotývai gueteri-, el enfrentamiento, el coraje de su amigo y compañeros, y la muerte como ingrato epílogo.
Rojas Silva pe tape omoñepyrü/ ha jahamanteva´erã ñadefende, dicen los versos finales que inician la idea central de Rojas Silva rekávo, que escribe inmediatamente después. Allí la indignación del poeta cobra vuelo impetuoso e invita e incita a repetir la Ley de Talión: no ojo por ojo sino sangre por sangre. Mauricio Cardozo Ocampo es el autor de la música.
Jaku´éke
Paraguái oguahëmako la hora
jahamívo jaheka Rojas Silva retekue
ñavengéme katuete umi cobarde ojapóva
anichéne opuka guaikuru ñande rehe
Taheja
che ru che sy, taheja opa ahejáva
ko la patria reyhupápe tamano jepe cheve
kóicha oï ramo en peligro seriamente amenazada
aipota voi che renói aservi haguã ichupe
Na´iporãi
esta amenaza sapukái en le frontera
umi cobarde asesino guaikurúpe heropy
jaipyso katu en el Chaco tricolor ñane bandera
ha iguýpe jaje´ói umi intruso ñamyendy
Jajapi Sorpresa lado Rojas Silva upépe oiméne
ñane hermano infortunado ojejukáva reiete
ivengávo ko jaháta ñanguãhëne ñaguãhëne
ha jarúne ave ko´ápe más que sea ikanguekue
Paraguái
rehe ojapo umi indigno ojapóva
ohechava´erã avei icastigo umi ava
ñaguahëne aipo La Paz-pe tosoro la osoróva
jahapýne umi salvaje: Rojas Silva ñavenga
Aretéma
umi pombéro ñande apérehe oikóva
ñanda´o cada ko´ë ñane pichãi manterei
ha ko´ãga ombojo´a con el crimen ojapóva
ñane hermano oasesina ñande yvýpe katui
Ha
pa péicharõ ñande ñane tindytante jaikóvo
ñaimo´ã jareko´ÿva suficiente korasõ
ma´erãpa mbokaita jaipota rei aipórõ
ñaimo´ã katu mitã cháke kukúpente jaiko
Ipochýne
umi tuja López-kue opyta reírõ
amoité Sorpresa ñúme tuguy oñehë va´ekue
iporãnte jaje´ói ha pya´e voi ikatúrõ
jajuhúne gueteri Rojas Silva ruguykue
Ore
renói katu para este sacrificio
ore jyva na´ikangýi si la patria oikotevë
oimeháicha paraguayo rohura a su servicio
como nieto de los López romanóvo hendive.
Letra:
Emiliano R. Fernández
Música: Mauricio Cardozo Ocampo
(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Coreo Semanal), 21-22 de octubre
de 2000 (Asunción, Paraguay).
ACOTACIÓN DE FA-RE-MI
Julio Desidero Sánchez, uno de los guitarristas y amigo personal de Emiliano R. Fernández, recoletano, reclamó para si la paternidad de la música de esta canción, y públicamente le dijo a Mauricio Cardozo Ocampo. En el registro de Autores Paraguayos Asociados (APA), figura como autor de la músca de esta pieza musical, precisamente Julio D. Sánchez. Una calle del barrio Recoleta (Asunción), lleva su nombre. Fue a iniciativa de la Revista Paraguaya FA-RE-MI.
Hospital Militar Central. Asunción 19 de Enero de 1935.
Al Sr. Coronel de la Nación Don Luis Irrazábal. E.S.D.
Mi muy estimado Jefe:
En nombre de mi honrado Regimiento “Tuyuti” l3 de Infantería, mis dilectos camaradas, Sub-oficiales, Clases y Soldados, muertos y sobrevivientes y del mío propio tengo el honor de dirigir este breve mensaje de gratitud y respeto en víspera de tan magna fecha, memorando aquella brillante Victoria de nuestra arma que aconteciera en los ásperos días del 20, 21,22, 23 y 24 de Enero de 1933.
Mi Coronel: cuya Victoria y sus acrisolados brillos perdurará sobre sus hombros entre las doradas hebras de su …….(ilegible) presilla y en las agudas punta de las bayonetas de todos aquellos que se bañaron de Gloria en aquella batalla ensordecedora.
!Nanawa de Gloria! Dirán las generaciones futuras: !Nanawa la Invicta regalará inspiraciones a los vates del mañana. Nanawa de Gloria es y será siempre pedestal que se tiñe con el áureo reflejo del Cénit!
Y las huellas del soldado paraguayo, su defensor está grabado en el bronce de la Inmortalidad.
!Mariscal Solano López en Cerro Corá! !Coronel Luis Irrazábal en el inexpugnable baluarte de !Nanawa de Gloria!
!Viva el Coronel Don Luis Irrazábal y su hueste! Viva el 20 de Enero de 1933/35, 2do. Aniversario de la gran batalla, parangón de Curupayty!
!Salve Mi Coronel!
Fdo. Emiliano R. Fernández
Tte. 2do.Rva.
Nota de la Dirección de FA-RE-MI: La presente carta, jamás fué dada a publicación y la misma se debe a la gentileza de nuestro invariable amigo Coronel Don Luis Irrazábal. Muchas Gracias Mi Coronel!
ACOTACION DE FA-RE-MI (x) Esta carta fue publicada por primera vez en nuestra Revista No.6, Junio/Julio de 1955, por gentileza del Coronel Irrazábal. En dicha ocasion (1955) señalabamos que la letra de “Regimiento 13 Tuyuti” era inédita, y que era la primera vez que se publicaba en una revista. Ahora –2001-, no estamos muy seguros de que haya sido asi. Es muy probable que la misma se haya publicado antes en Ocara Poty Cué-mí, donde Emiliano era asiduo colaborador (la poesía “Tuyamí”, Emiliano dedicó al fundador de la revista, Don Félix Trujillo. Se puede escuchar esta canción en la magnífica interpretación del Terceto Ñamandu, en Real Audio, en esta Página Digital). Lo que sí estamos seguros es que FA-RE-MI rescató del olvido esta canción 20 años después de su creación para poner a disposición de los numerosos intérpretes que lo difundieron a los cuatro vientos….- PD: Esta carta fue transcripta en el libro Mis Bodas de Oro con el Folklore Paraguayo, de Mauricio Cardozo Ocampo (ver pág.318). La lra. edición de este libro fue en el año 1972, y la carta original fue publicada en nuestra revista en el año 1955. Don Mauricio, gran amigo de FA-RE-MI, lo tomó de nuestra revista, y talvéz por olvido, no la mencionó. |
Emiliano con su madre.
REGIMIENTO 13 TUYUTI (xx)
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-Coro- Número Trece che Regimiento Na tajhupimí mano a la visera Aropurajheita “Regimiento 13” Ro´ata ma jhágüi tesaráietépe Oré aveí paraguaietéva Mi comando IRRA jhendive BRIZUELA Cachorro de tigre suele ser overo Oimevé vaerá ku ore rapérãme Modelo ore pópe TUYUTI ore réra Oicové pukuva mante ohechapáne Reinte Bolivia hecó ensygüyva KUNDT ko oimoante rakaé ijipýrö |
Oguajhé yavé veinte de enero Koe´etí güivé ore retén dospe Umí ”ciento cinco” ipó apenóva Ñejhenduro hina güyryry oikóva Ipyajhé cañón, ndosovéi metralla Ñande ti oiko´o oúvo yvytúre Ava´í akangué koapé jha pépe Peichane voí aipó aña retãme ! Otro pito pú, NANAWA de gloria Tugüyetá apytépe oú la victoria Na tahupimi mano a la visera -Coro- Fortín NANAWA che campamento !VIVA EL PARAGUAY! |
Letra: Emiliano R. Fernández |
La esposa de Emiliano, su amada Belencita... |
Memoria Viva
ÑESÜHÁME:
Versos para el Niño del pesebre (x)
por: Mario Rubén Álvarez
(Poeta y periodista)
La atenta lectura de una de las más difundidas obras de Emiliano R. Fernández permite llegar a la conclusión de que la serenata es al Niño Jesús y no a una mujer.
Los que leen y/o escuchan atentamente las letras musicalizadas de Emiliano R. Fernández suelen preguntarse si Ñesüháme (ésta es la palabra correcta, no la terminada en pe, como también suele verse, ya que la posposición que le antecede es un vocablo nasal) es una poesía amatoria o religiosa.
Si bien algunos versos se prestan a confusión y llevan a la falsa conclusión de que Ñesüháme es una serenata, es claro que el poema está dedicado al Niño Jesús. A Emiliano R. Fernández hay que entenderlo en los contextos de la historia del país y personal. Èl era un hombre de su tiempo que vivía y expresaba –tanto en su comportamiento como en sus obras- las tradiciones de su patria. Lo religioso estaba muy profundamente arraigado en él.
El poeta de Yvysunú, Guarambaré, era ñembo´e´yva. Dirigía el rosario. Maria Belén Lugo, su “amada Belencita”, lo había conocido en un ñembo´e paha. Al terminar el rezo preguntó si quién era aquel hombre oñembo´e porãitéva. Al rato, Emiliano estaba junto a ella para quedar cautivado por la belleza de la morena en quien había despertado admiración.
Varias son las obras de corte religioso escritas por Emiliano. Semana Santa, Ojope kangy –canción de los estacioneros que suele atribuirse a un autor anónimo-, Tupasy Caacupé, Virgen de los Milagros de Caacupé y otras son ejemplos de esta vertiente de su creación poética, fuera de las alusiones dispersas existentes en textos de otra temática.
La alusión al Niño de Belén aparece en varios poemas. Uno de ellos es Noche de diciembre, en español, dedicado al poeta Enrique Gayoso, escrito en la Estancia Guaho (Puerto Casado) en 1927. Otra, en guaraní, es Niño ára. Uno de sus Áño pyahúre –el de 1936, porque hay tres más- se refiere también al pequeño nacido en un humilde pesebre.
En este marco, Ñesüháme es perfectamente comprensible que esté dedicado al niño. Los versos se ubican en la víspera, en la Nochebuena del 24. Por eso dice que llega de rodillas –costumbre que en Caacupé suele verse todavía a veces-, a felicitarle: Nésanto ára guahëme/ ko ivíspera pyharepé. Y, un poco más abajo, casi de inmediato, menciona el repique gozoso de campanas, que anuncia su nacimiento en el templo.
Con la venida del Niño al mundo se desata la alegría. En la cuarta estrofa señala que la dicha resuena en el orbe, omombáy al mundo cristiano/ y en el jardín soberano/ Tupãsy nde rovasa.
El género de un sustantivo y un adjetivo es lo que se presta a equívocos que llevan a la interpretación de que el poema está dedicado a una mujer. Ha nde lucero naciente/ reina de todas las flores, expresa. Allí debía decir rey de todas las flores, porque está aludiendo al lucero.
En la penúltima estrofa aparece el calificativo majestuosa. Da la impresión de que aquí Emiliano usa una licencia poética –indebida- para que majestuosa rime con rosa, del siguiente verso. No hay que olvidar que más arriba él está rimando: firmamento/contento; resplandores/fulgores/flores; oriente/naciente y lejano/cristiano/soberano.
La conclusión es obvia: Ñesüháme está dedicado al Niño y no a una de las tantas amadas del poeta.
ÑESÜHÁME Ñesüháme
nerokëme Se
oye el coro del cielo Los astros
del firmamento Allá
en el confín lejano El mudo
en su movimiento Letra:
Emiliano R. Fernández
(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 23-24 de diciembre de 2000 (Asunción, Paraguay). (xx) Más información sobre Julio Desiderio Sánchez, haga click sobre lo subrayado.
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Memoria Viva
Barcino koli: El amor de un arribeño (x)
por: Mario Rubén Álvarez
(Poeta y periodista)
<alva@uhora.com.py>
Emiliano R. Fernández, en la zona de Caballero –Departamento de Paraguarí-, escribió una letra dedicada a Máxima Ozuna. Con el tiempo, su nombre fue cambiado y con esa denominación pervive
A veces un poeta cree encontrar el nombre ideal par su obra. Circulando de boca en boca, sin embargo, encuentra un nuevo bautismo por voluntad popular. Es la manera en que la colectividad coparticipa en las creaciones que la expresan.
Es lo que ocurrió con lo que hoy se conoce como Barcino koli, de Emiliano R. Fernández. Su nombre original es Arribeño purahéi. ¿Quién, sin embargo, hoy lo identifica por este segundo apelativo ?
Cornelio Ruiz Díaz –nacido en Zorrila Cué (que hoy lleva su nombre) compañía de Caballero, del Departamento de Paraguarí, el 22 de setiembre de 1912 y no de 1922, como erróneamente se publicó la semana pasada-, como músico, conoció de cerca a Emiliano R. Fernández.
El poeta estuvo varias veces en la zona de Caballero. Una vez fue en 1930, cuando le escribió Guavira poty a Carmen Mónica Grance", recuerda el hombre que se alistó en el temible regimiento Valois Rivarola, en la Guerra del Chaco.
"La polca Barcino koli nació en la compañía Pirajuvy, del distrito de Caballero, y no tiene nada que ver con el pueblo de Pirayú, como a veces equivocadamente se menciona. Está al lado de la compañía Potrero Naranja. Queda a cuatro kilómetros del centro. Le dedicó a Máxima Ozuna, bella joven oriunda del lugar. Habrá escrito alrededor de 1930, poco antes o poco después", recuerda.
La letra de la música va dando detalles de la historia. Emiliano le había visto por primera vez en Pirajuvy y luego en la estación de Caballero, estando ella acompañada de un niño.
"Cuando Emiliano habla de un hombre que mira a cierta distancia y con cara de enojado se refería a Manuel Cuellar, pretendiente de Máxima. Trabajaba frente a la estación, en la aserradora de la familia Serafini, que exportaba madera a la Argentina. Alzaban al tren y enviaban la carga. Él estaba viendo cómo un hombre ya "racional" le abordaba a la mujer que él quería o que, al menos, le gustaba".
Emiliano, en la poesía a la que Andrés Cuenca Saldívar le pondría música, despliega sus artes de seductor. Establece las opciones, siendo todas favorables a sus intenciones. Al final el perro de pelaje barcino parecería ofrecer un obstáculo insalvable. El poeta, sin embargo, revela que ya trabó amistad con él y que no sería un escollo si es que ella dejara entreabierta la puerta de su dormitorio.
"El resto de lo que ocurre no se conoce. Yo cuento hasta donde pude saber", concluye don Cornelio.
Arribeño puraheí (Barcino koli)
Hasype ko´ágã che po´a ipoty aja nerendápe
arete riréma aiko netapyïre ama´ë mbuku
eju sapy´ána nde sy ou mboyve ejami ko´ápe
tamombe´u ndéve mba´éicha rupípa aju rohayhu.
Peteï ka´aru rohecha ypy ko Pirajuvype
tam ko che py´a ñaimo´ã campana añandu ipu
ha upe guive neryakuã ova che corasömíme
ha naimo´ãvéima kuña ambue chemoakãraku.
Nda´areiete rohecha jevy tren oguãhëhápe
mitãmi nde kuãre pyharevete upépe reja
upéramo che mbegue katuete aja nerendápe
ñe´ë che jurúpe ha´emívo ndéve che rembipota.
Upéramo nde rejesaupimi rema´ë ndeyképe
nde aretépa he´i nde juru mbegue katuete
upérö ahecha oma´ë ñemíva yvyra kupépe
pochygui ovúva hova ravirãi che nambi kupe.
Ko´érö ka´aru eñembopoja tereho kokuépe
ha ikatuvérö ani reraha ñande ratarã
che roha´aröta leguna rovái kaysa yvatépe
ha rehasakuévo eturuñe´ë rosegui haguã.
Nde sy ha nde ru ani oikuaa mba´eveichavérö
cháke ivaíne, cháke ivaíne taragui rape
ema´ëvaínte jepi cherehe ha´e oï javérö
ani che kamba che causa re´u mborevi pire.
Néina ere ha eñemoï py´a peteïme
ha tajúmandi nde sy ha nde rúpe torojerure
che rayhu guive javy´a va´erã ñande raitymíme
ani reimo´ã como che chapï rombotavyse.
O si no taju ágã pyhare nde rokupe guype
kirirïhaitépe nde sy ha nde ru okepa rire
ndékena eha´ã ikaturö eke okë juruvype
ikatu haguãicha atyryruhápe nerendápe aike.
Umi nde jagua ndachesu´uichéne mba´eveichavérö
reínte iñarö, reínte ipochy ahë rymbare
ro´y porãite cocina ruguápe ha´ekuéra okene
ha hi´ariete barcino koli che rayhu jepe.
Letra: Emiliano R. Fernández
Música: Andrés Cuenca Saldívar
(x) del diario ÚLTIMA HORA (El Correo
Semanal), 4-5 de Agosto de 2001 (Asunción, Paraguay).
Nació en Guarambaré (x)
El lugar de nacimiento de Emiliano R. Fernández suele ser un tema controvertido. Al respecto, transcribimos a continuación el trabajo de Basilides Brítez Fariña :
Sobre el lugar de nacimiento de nuestro vate inmortal Emiliano R. Fernández , hay discrepancias. En parte se debe esta confusión al mismo Emiliano, quien suscribió un documento autografiado afirmando ser oriundo de Curuzú Isabel, Concepción. Sin embargo, existe una poesía donde se manifiesta como recoletano. Y por último, su hijo Laureano posee su autobiografía escrita de puño y letra hasta el año 1936, donde con lujo de detalles consigna como lugar de nacimiento Yvysunu, una compañia de Guarambaré.
El historiador Carlos R. Centurión, apoya su nacimiento en Curuzú Isabel, fundado tal vez en el error de haber vivido Emiliano una temporada en Concepción, y hecho su servicio militar en esa ciudad, asiento entonces de la I Zona Militar.
Marino Barrientos lo ubica en Bejarano, Recoleta, basado quizás en su poesía donde se dice recoletano.
Arnaldo Venialgo lo ubica correctamente en Yvysunu, Guarambaré. Asi se pronuncian también sus primos y sus padres antes de fallecer.
Sobre la filiación, o sea los datos biográficos de sus padres, los obtuvo personalmente de los entrevistados, el arpista y poeta Dionisio Valiente y de su hijo Laureano, copió los datos autobiográficos de Emiliano.
Emiliano consignó en su autobiografía que nació en el pueblo de Guarambaré, en el lugar denominado Yvysunu, el 8 de agosto de 1894, un día martes, a las 20 horas, donde vivió hasta el año 1896, fecha en que sus padres se radicaron en Bejarano, Recoleta.
Entrevistado su madre doña Bernarda Rivarola de Fernández, manifestó nacer en Bejarano, Departamento de Recoleta, Asunción, el 20 de agosto de 1872. De su matrimonio con don Silvestre, tuvo solo un hijo: Emiliano.
Don Silvestre Fernández, a su vez manifestó ser sus padres don Simeón Fernández y María Ana Vega. Nació en Acahay, Compañia Echaurria, el 31 de diciembre de 1856. Actuó en la guerra grande en el Batallón de Infantería No. 45 a las órdenes del Gral. Bernardino Caballero, peleando desde Acosta Ñu hasta Cerro Corá desde la edad de 12 años, siendo uno de los 4 sobrevivientes.
Al término de la hecatombe volvió a Echaurria, su pueblo natal, hoy jurisdicción de Caballero. Allí permaneció hasta 1873. De allí pasó a Guarambaré, Compañia Yvysunu hasta 1896; son sus hijos naturales: Andrés, Cecillia, Silguero, Modesto y Emiliano.
En ese año de 1896 contrajo matrimonio con doña Bernarda, allí en Yvysunu, retirándose a Bejarano, propiedad de su esposa legítima. Por tanto ya Emiliano había nacido antes del matrimonio y antes de radicarse en Recoleta, Bejarano, sus padres. Cuando nació Emiliano, sus padres, posiblemente ya estaban unidos en concubinato desde años atrás. Doña Bernarda no fue muy fecunda: Sólo se le registra como hijo a Emiliano, mientras que su marido tenía hijos de otra mujer.
Después de la revolución de 1904, por cuestiones políticas, sus padres emigraron al Alto Paraguay, Puerto San Salvador. De alli vino Emiliano con autorización de su padre a visitar a sus parientes en 1912. Tenía 18 años. Entonces no había servicio militar obligatorio. Sin embargo lo reclutó el comisario de Ysaty y lo envió a la Guardiacárcel, de donde desertó en febrero de 1914 por maltrato y se preesentó a la Comandancia de la I Zona Militar de Concepción, siendo destinado a la 2da. Compañia de Infantería bajo mando del entonces Tte. 1ro. José Félix Estigarribia. Esto fue el 25 de febrero de 1914 y en ese año escribió sus primeros versos: Primavera I y Trigueñitami . Ascendió a Cabo 2o. el 15 de mayo de ese año y a Cabo 1ro. el 20 de abril de 1915. Salió de baja el 11 de diciembre de 1915. De allí volvió con sus padres al Alto Paraguay, Puerto Max.
En 1922 estalló la revolución de los Saco Pucú y Mbyky. Y él participó ante un llamado del Gobierno. Sentó plaza en la artillería del mando del mayor Gregorio Villamayor. Al término volvió con sus padres a los obrajes del Alto Paraguay. Cabe destacar que en su ficha del Estado Mayor General, figura como carpintero.
Concretamente, Emiliano recién conoció Concepción en 1914, cuando su conscripción. Y no pudo haber nacido allí. Sus padres, al parecer, nunca se radicaron en esa ciudad. Y en el Alto Paraguay, estuvieron allá por 1904 ó 1907 por las persecuciones políticas.
Apoya la tesis del nacimiento de Emiliano en Guarambaré, una poesía del poeta carapegüeño Manuel Cantero, publicada en 1928 en Ocara Poty Cue Mi, No. 26, bajo el título de Guarambaré precisamente: “ A pedido de Elodia y dedicada al poeta norteño Emiliano R. Fernández”. En 1928 aún no había polémicas sobre su nacimiento. Y por la dedicatoria se desprende que Emiliano era considerado como norteño por sus giras por el Alto Paraguay, no Concepción precisamente. Dice Cantero en su última estrofa y es una prueba más de lo que venimos afirmando.
“Adiós norteño poeta andariego
de versos dulces como eireté.
Nunca lo olvides, yo te lo ruego
que fue tu cuna Guarambaré“.
Creemos, sinceramente, haber contribuido a aclarar la incógnita sobre
el lugar de nacimiento de nuestro vate inmortal.
(x) Del diario ABC
COLOR (Revista), 28 de octubre de 1980
( Asunción , Paraguay ).
Dos poesías de Emiliano R. Fernández, sobre
un mismo tema:
Primavera I A mi amigo Rafael Ríos
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Primavera II
IOhasa tiempo ro´y IIYerbas, arbustos y flores IIICarpinchuelópe resë IVKokuerépe ñahendu VMbokaya ipotypa VIKuarahy oñapÿmi VIIRoasada ha morotï VIIIKo´ëmbavove ñasë
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Encuentro con Emiliano
Soldado Silvestre Fernández (x)
El poeta de Acahay don Juan Anuf nos brindó un documento sobre el soldado Fernández, padre de Emiliano R. Fernández, basado en relatos de boca a boca, como se ha hecho la real historia del Paraguay .
Nació en Acahay, compañia Chauria, el 31 de diciembre de 1856.
Vivía entre Chauria y Ybyraty, donde tenía muchos parientes, uno de ellos Apolinario Fernández (primo).
Al iniciarse la Guerra contra la Triple Alianza, el padre de Silvestre se presentó en el Campamento de Cerro León para prestar servicio a la Patria.
Silvestre, único hijo de la pareja, tenía 9 años cuando quedó con su madre y a pocos meses se trasladaron a Ybyraty, para vivir con sus parientes.Corrían los años y no se sabía ninguna noticia del padre de Silvestre, se presume que haya muerto; entonces Silvestre y su madre se trasldaron a un lugar denominado Iriarte, jurisdicción de Ybytymí, entre ellos viajaron varios parientes y vecinos, su primo Apolinario con su madre y Rosalía Medina con su hijo Mario Medina de 11 años.
Desde el lugar de la Residenta (Iriarte) fueron movilizados entre mujeres y niños, a fines del mes de julio del año 1869, y entre ellos figuran Silvestre y Apolinario Fernández con sus madres: Mario y su madre Rosalía Medina, para ocupar cerca de Piribebuy, donde unos días después (12 de agosto) entraron los brasileros; hubo combate, donde participaron las madres de Silvestre, Apolinario y Mario, estas tres y muchas mujeres fueron violadas y muertas por los brasileros,
Silvestre Fernández, de 12 años, Apolinario Fernández de 14 y Mario Medina de 11, se quedaron huérfanos a cargo de otras mujeres que quedaron con vida en esa batalla; luego fueron nuevamente movilizados para el combate de Acosta Ñu, donde el 16 de agosto, del mismo mes y año, se produjo otro combate entre niños y un gran ejército de aliados.
De entre los centenares de niños muertos, entre ellos Mario Medina, se salvaron milagrosamente Silvestre y Apolinario Fernández.
Apolinario se escapó, huyendo hacia otros lugares sobreviviendo hasta el año 1943. Silvestre se acopló y acompañó al General Caballero, hasta llegar a Cerro Corá, donde el Mariscal murió, y el General Caballero cayó prisionero.
El 31 de diciembre de 1870, cuando el Mariscal moría, Silvestre y algunos inválidos se escaparon, ambulando por los espesos bosques.
Después de algunos meses llegaron a un lugar, cerca de Concepción, una zona completamente despoblada, sin encontrarse con ningún ser humano, casas desocupadas por todas partes, en donde los pobaldores , por miedo, no querían ni abrir las ventanas.
Así pasa el tiempo, hasta que Silvestre y sus acompañantes, llegaron hasta la orilla de un río, donde encontraron una embarcación que hacia viajes de Concepción a puertos chaqueños. Silvestre y su grupo, subieron y viajaron como peones, para salir de ese lugar y acercarse a Asunción.
A más de un año de la muerte del Mariscal, Silvestre cumplía 15 años, casi sin parientes, huérfano de padre y madre, vivía entre extraños y se alimentaba con frutas y animales silvestres: viajaron por agua hasta llegar por fin a la ciudad capital, Asunción del Paraguay.
Joven, moreno, de estatura regular, curioso y atractivo, conversaba con cualquier clase de persona, antes de la llegada aAsunción; ellos pensaban que iban a encontrar la tranquilidad tan ansiada, pero Asunción se encontraba ocupada por el ejército aliado, pero por noticia supo que el Gral. Caballero había llegado de Río de Janeiro, ya en libertad, porque Caballero cayó prisionero antes de la muerte del Mariscal.
A los pocos días, Silvestre llegó junto a su jefe, éste le reconoció y le invitó a quedarse con él en Asunción; Silvestre aceptó y se quedó a vivir en Asunción.
Dos años después, Silvestre consiguió trabajo en el Chaco, se despidió de su jefe y partió; trabajando como obrajero, luego se especializó en la carpintería de obras blancas. De tiempo en tiempo Silvestre viajaba a Asunción para visitar y saludar a su querido jefe el Gral. Caballero, y una vez Caballero le invitó a quedarse a trabajar en Asunción; éste aceptó y se quedó. Ya en el año 1892, Silvestre resolvió visitar a algunos parientes y viajó a su valle Acahay, encontrando a algunos de ellos, éstos invitaron a Silvestre a quedarse allí a trabajar, ya que su profesión era carpintero y hacía falta en esos lugares. Silvestre se quedó a trabajar y a poco tiempo se enamoró de una sobrina del Coronel Valois Rivarola, de nombre Bernarda Rivarola; de esta pareja nació un solo hijo, un varón y le pusieron el nombre de Emiliano.
Antes del nacimiento de Emiliano, vivieron unos meses en Ybyraty, jurisdicción de Acahay, luego viajaron a Asunción. Precisamente llegaron a vivir en Yvysunu, una compañia de Guarambaré, donde apenas vivieron unos años; luego de nacer Emiliano, por la inestabilidad política y económica, deambularon por varios puntos, inclusive parte del Chaco, hasta quedar definitivamente en Ysaty.
Don Silvestre y doña Bernarda, por mucho tiempo vivieron solos, ya que Emiliano era un bohemio, que desde muy joven recorría el país de un confín a otro, hasta su muerte, el 15 de setiembre de 1949.
Don Silvestre y doña Bernarda, sin hijo, seguían viviendo solos, hasta que don Silvestre murió a los 96 años, quedando doña Bernarda sin hijo y sin marido, falleciendo también el 14 de mayo de 1968.
Los Fernández de Acahay, Ybyraty, son parientes de Silvestre Fernández, quienes aún viven.
Juan José Medina, nacido en Ybyraty ( o: Ybyraity ?) el 27 de agosto de 1896, tuvo la gentileza de relatar todo esto, ya que él escuchaba de boca de sus parientes más antiguos.
(x) De la revista TAKUARE´Ë , noviembre de 2003 (Guarambaré, Paraguay).
Editor y fundador del FESTIVAL DE TAKUARE´Ë, Arq. Alfredo Vaesken Nuñez.