TESTAMENTO
DEL CREADOR DE LA GUARANIA (x)
Esta entrevista la hizo en Buenos Aires el corresponsal de la Agencia de
Noticias DPA, en Asunción, Roque Vallejos, y fue la última realizada
al
maestro, por lo que tiene un subido valor.
por: Roque Vallejos
”Flores lleva tu apellido
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Le escribía en su libro ”El vuelo de la paloma popular”, el gran poeta
Nicolás Guillén, en un justo homenaje, a un hombre inmenso por
su dignidad y su talento, que pese a ello apenas mereció de sus compatriotas
intelectuales la glosa chata de una mención adocenada.
Se resistía Flores a todo tipo de entrevista. Pero la presión del afecto de Don Emilio Vaezquen y los requerimientos nostálgicos de su antiguo compañero Mauricio Cardozo Ocampo fueron mayores para este hombre de perfiles borgianos, que jadeando al borde de la muerte lo único que atinaba a preguntar es si que se podía hacer más por la libertad. Y fue en nombre de ella que nos recibió luego de leer nuestro poema ”La Victoria Final” que le fuera dedicado, con la siguiente inscripción que lo comprometió: ” A José Asunción Flores porque tiene la luz y el calor del fuego, que los hombres necesitan para seguir luchando”.
Lo primero, que preguntó aquel espectro de hombre, que se mostraba al trasluz de una muerte que solo una voluntad de lucha detenta, es como estaba la juventud. Tenía datos concretos, conocía nombres, hechos, significaciones que le llenaban de nostalgia, y en una querullante música que le salía de los labios, el creador de la Guarania, parecía decir, en un inefable tableteo de los labios, que estaba con nosotros, con los jóvenes, que peregrinábamos para llegar hasta él, no para paternarmos, que jamás habría admitido, sino para para compartir esa esperanza que era su vida. Porque así como nadie conoce en profundidad la música de uno de los grandes creadores del mundo, tampoco se conoce esa vida ascética y misional de quien se sintió recio y digno para proclamar: ”No hay música revolucionaria. Toda música que sea auténtica despierta los impulsos incontenibles del hombre hacia la libertad”.
No podríamos consignar este reportaje, hecho a hurtadillas, en
el manido sistema de preguntas y respuestas. Porque Flores jamás
se prestó para el trance ceremonial.
Comía distraído un soso caldo de verduras, que ni la
mano samaritana de la noble anfitriona, podía trasformar transgrediendo
un régimen médico, que había colgado de sus pestañas
canas la vaharada evangélica de su ausencia inminente.
-”No comprendo –decía Flores- porqué ”Gallito Cantor”, tendría que ser símbolo de cambio o revolución. Lo escribí un amanecer cualquiera aunque no único. No me costó nada. Cuando me dí cuenta, ya lo había terminado”. Discrepamos, amparados en la atemperada mediación de Don Mauricio, que transformaba nuestras ideas al calor en que Flores, soportaba las acotaciones heterodoxas o arbitrarias. Sin embargo, le expresamos que un creador no puede prever destino de su obra. La obra una vez que haya ganado estado social tiene una dinámica propia, que supera muchas veces las más audaces intenciones de un autor. Le recordamos la reflexión que al respecto hacía el Gestaltista, Salomón Asch. Flores no aparentaba como un hombre de cultura sistemática. Semejaba a un gran intuitivo. Era reacio a la reflexión. Su sensibilidad superaba su pensamiento. ”Lo que pasa es que los jóvenes no tienen cultura musical. Se dejan seducir por los temas fáciles. Pero sabrá Ud.! decía como sabe acá don Emilio, las horas y horas que he pasado en desvelo. Si sacara la cuenta, le diría que he pasado casi sin dormir en la vida. Concibo el arte como un trabajo humano especializado. El artista es un trabajador. Mayor esfuerzo, mejor producto”. Aquí, a a propósito, le recordamos lo que insinuaba Elvio Romero, en un artículo publicado en una revista paraguaya, con respecto a la influencia ideológica de su obra.
Flores no refuta. Se mantiene distante. Desconfiado. Seguramente en su genio atormentado le espolea la misma contradicción que conlleva todo marxista conciente. Lo había dicho ya el propio Marx; en su INTRODUCCIÓN A LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA: ” Es sabido que determinados períodos de florecimientos artísticos no están en modo alguno en relación, con el desarrollo general de la sociedad, ni, en consecuencia con la base material, con la osamenta, por así decir, de su organización”.
Un músico no nace de su ideología, sino de la percepción social y terral profunda y honesta. Así queda palpablemente expresado en lo que podríamos lllamar testamento liríco de Flores, que nos fuera entregado por él, como mensaje de adhesión a la juventud paraguaya, y que hoy por vez primera ve la luz de la letra como fue su voluntad. Transcribimos IN EXTENSO:
”He aceptado este diálogo con la juventud paraguaya porque se de su pasión por la libertad y la redención social. Me siento orgulloso de saber que a tantos años de doloroso extrañamiento sigo tan junto a ese corazón paraguayo que ha sido el único posible capaz de crear la guarania. La guarania es de mi pueblo. Allí están los sollozos de su pasión y los gritos de su rebeldía. Nació conmigo para sobrevivir mientras el hombre paraguayo sea capaz de silvar una canción. Mas que mi música pienso que mi legado a la juventud de mi Patria es el esfuerzo por mantener una dignidad, una fe en el inexorable destino libertario del Paraguay, que he tratado de sobrellevar venciendo como dice nuestra patriótica condecoración: VENCIENDO PENURIAS Y FÁTIGAS. El compromiso no termina con la muerte de uno, sino que se intensifica. La victoria corresponde siempre a la juventud”. |
Creemos que quien haya tratado con Flores es capaz de sintonizar y certificar estas palabras, que constituyen su único diálogo verbal con una juventud que el vislumbró como diría el poeta ”en el ardiente amanecer del mundo”.
Después se habló sobre su enfermedad, que el conocía de nombre y lo repetía apenado: ”MIOCARDITIS CHAGÁSICA. Consultamos con el doctor Carlos Abente, sobre el particular y él confirmó el diagnóstico, luego de un estudio exhaustivo en una unidad de diagnóstico por procesamiento electrónico.
Lo que tal vez, no dijo pero se reflejaba en sus preguntas es que quería volver. Como el ciego enamorado de aquella obra tremante llamada LA ARDIENTE OSCURIDAD, este gigante paraguayo, lagrimeaba en silencio al hablar de esas tierras cuyas ondas modulaciones raigales él supo descifrar. No volvería a ver el amanecer que le inspiró Gallito Cantor, ni podía incar su rodilla de patriota ante la cruz sagrada de Solano López, allá en Cerro Corá, donde pudieron encontrarse definitivamente el Héroe y su Rapsoda.
Pero desgraciadamente como decía Baroja la vida continúa.
Y nadie puede abtenerse de vivir. Flores ha elegido otra instancia.
Ya nada se puede agregar a lo que mereciera de su pueblo y de un hijo de
su pueblo. El máximo apelativo: Ha muerto el prócer…
(x) Del diario LA TRIBUNA, 21 de Mayo de l972 (Asunción, Paraguay)
(xx) Más sobre J.A. Flores, haga click sobre
lo subrayado.