¡EL
DIA DE AMERICA!
Los dueños de la tierra
(x)
por:
Luis Verón
El aniversario
del descubrimiento de América, un hecho histórico que completó el mundo y
lo hizo esférico, es buena ocasión para recordar a los pueblos autóctonos
americanos, especialmente los que se encuentran en el territorio
paraguayo.
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Bueno, teóricamente,
esta revista es la del 13 de octubre, pero como -por no sabemos qué regla
de tres- sale el día anterior al de la fecha indicada, es buena la ocasión
para homenajear a nuestro continente, al cumplirse 510 años de su
incursión en la Historia, aquel ya lejano 12 de octubre de 1492.
El hecho de que con aquel acontecimiento se sumaron al espectro
demográfico del mundo hasta entonces conocido, nuevas tierras y nuevas
civilizaciones, hizo que, por este último motivo, la fecha recordatoria de
la llegada fuera conocida como el "día de la raza".
Pero como en la actualidad, el concepto de raza ya no tiene el mismo
significado que tenía hasta hace algunos años, sería más apropiado
celebrar el "día de América".
Por otra parte, días atrás, en medio de un comentario baladí, escuchamos a
alguien preguntar a una profesora de idioma guaraní si los indígenas macá
eran guaraníticos, ésta, muy suelta de cuerpo, contestó que sí.
Tal vez parezca exagerado, pero nos pareció, no sólo triste sino que
denotaba una supina ignorancia acerca de los pueblos autóctonos que
habitan nuestro país. Más grave aún viniendo de alguien que sí o sí
debería conocer sobre el tema.
Por esta razón, recordando el día de América, hoy hablaremos de los
pueblos que habitan y habitaban este Paraguay querido.
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En nuestro país
confluían los avances de dos tipos de culturas: una paleolítica (pueblos
que culturalmente pertenecen a la edad de la piedra tallada), y otra
neolítica (pertenecientes a la edad de piedra pulida, conocedores del
trabajo y con algunas nociones religiosas). Los primeros, para su
subsistencia, vivían de la caza, la pesca y la recolección; en tanto que
los segundos, además de la caza, la pesca y la recolección, conocían los
rudimentos de una agricultura incipiente.
La
población americana se originó en oleadas migratorias y en avanzadas
migracionales paulatinas. En América, estos pueblos pioneros,
especialmente los paleolíticos, eran nómadas y recolectores, y su
supervivencia dependía exclusivamente de lo que la naturaleza les proveía.
En el Paraguay, estaban -y siguen estando- representados por la mayoría de
las etnias chaqueñas, etnias caracterizadas por una mentalidad netamente
utilitarista, como diría la doctora Branislava Susnik.
Otras civilizaciones, que aparecieron en América hace unos 5000 años, son
las neolíticas, pueblos que, si bien seguían basando su subsistencia en la
caza y la recolección, también conocían la agricultura, aunque, en la
mayoría de los casos, sin llegar a los superávit que permitieran el
desarrollo de otras actividades.
La organización social de estos pueblos de diferentes culturas, era
también diferente: la de los paleolíticos, no pasaban de ser hordas con
unos pocos miembros, en tanto que la de los neolíticos se basaba en la
cohabitación de una población más importante, reunidas en casas comunales,
una incipiente división del trabajo, lo que permitía el desarrollo de
actividades manufactureras y la aparición de nuevos elementos culturales.
Si bien varias ya están extintas, la población autóctona actual del
Paraguay se divide en 17 etnias, etnias que, generalmente, comprenden
varios grupos locales o grupos de familia extensa que comparten algunas
características culturales, aunque en la actualidad, estas características
son difíciles de precisar.
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Algunas de estas
características las dan los propios aborígenes, como el caso, en la región
oriental, de los mbyá-guaraní, los avá-guaraní (chiripá) y los
paî-tavyterä, que enfatizan las particularidades de sus prácticas
religiosas y su mitología, además de las diferencias entre sus dialectos
ancestrales, a diferencia de los indígenas del Chaco, entre quienes la
lengua es el punto de referencia dominante.
Para
clasificar a los pueblos aborígenes paraguayos, los estudiosos observan
tres tipos físicos predominantes: el pámpido, el láguido y el amazónico.
El pámpido -y subtipos- corresponde al tipo racial australiano, que pobló,
además de las planicies norteamericanas (siux, comanches, etc,), todo el
Chaco, las pampas y parte del Mato Grosso. Este tipo racial, generalmente,
es de estatura alta, fuerte desarrollo de miembros inferiores, tez
olivácea, siendo los más conocidos entre nosotros, los indígenas macá.
El láguido, por su parte, corresponde a un tipo racial de cultura
paleolítica y habitaba las sabanas amazónicas, llegando inclusive a
incursionar en ciertas zonas de la región oriental, antes de que se
establecieran los pueblos guaraníticos. Algunos miembros de este tipo de
aborigen vivían hasta épocas recientes.
El tipo amazónico, con características neolíticas, es el último grupo. A
él corresponden las etnias guaraníticas, al igual que las de otras
regiones, como los panos, los jíbaros, los arawak, los caribes, etc. Los
tupí-guaraníticos y los arawak habían migrado hacia el sur, valiéndose de
la red fluvial de las grandes cuencas -Paraguay y Paraná-, llegando,
muchos de ellos, hasta el actual territorio paraguayo y nucleados,
originalmente en grupos reducidos, de pautas patrilineales, conocidos como
te'yi, de ideología exclusivista.
La gran frontera natural que separaba a los guaraníticos de la región
oriental y los pámpidos de la región chaqueña fue, desde siempre, el río
Paraguay, aunque no escasearon las migraciones de unos y otros a ambos
lados del río, como el caso de los guarayos que migraron hacia el
occidente y de los mbayás, que migraron hacia la zona concepcionera y, en
ambos casos, por medios de determinados vestigios se pueden notar esa
antigua presencia en la peculiar toponimia de ambas regiones: nombres
guaraníes, aunque con acentuación grave, en la zona boliviana: Yrendágüe,
Parapéti, Caranda'íti, etc., mientras que en la zona concepcionera es
común escuchar palabras como Tevegó, Chirigüelo, Agaguigó, Napegue, etc.
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Bueno. Me parece
que la cuestión está bastante clara. Si no, agreguémosle agua. Ahora
vayamos a otro aspecto del mismo tema. Además de las grandes
clasificaciones entre paleolíticos y neolíticos, de las subclasificaciones
entre pámpidos y láguidos, por un lado, y amazónicos por otro, existe otro
tipo de clasificación de las naciones aborígenes: por familias
lingüísticas, por medio de las cuales se agrupan etnias culturalmente
relacionadas entre sí. En la geografía paraguaya, y con las 17 etnias
existentes, pueden identificarse cinco familias lingüísticas:
Tupí-guaraní: en la región oriental; conforman esta familia, las etnias
paï-tavyterä, chiripá-guaraní, mbyá-guaraní y aché-guayakí. En la región
occidental o Chaco, esta familia está representada por las etnias de
guarayo y tapieté.
Zamuco: Esta familia está representada por los ayoreos y chamacocos,
etnias ubicadas en el noreste del Chaco.
Mataco-mataguayo: También habita el Chaco: nivaclé, también conocido como
chulupí; macá y manjui, además de algunos pueblos que hablan subdialectos,
componen esta familia.
Guaicurú: Esta familia está representada por los Toba-qom.
Lengua-maskoy: Esta familia está conformada por los lengua, los angaité,
los sanapaná, los guaná y los toba-maskoy.
Actualmente, según datos del Instituto Paraguayo del Indígena, existen
unos 15.653 familias indígenas, con 79.070 personas, reunidas en 405
comunidades -263 en la región oriental y 142 en la región occidental,
donde vive el 60% de la población indígena paraguaya-. Un cálculo
estimativo de la población indígena da el siguiente resultado: Aché: 639
personas; Paï-tavyterä: 8.026 personas; Mbyá: 4.744 personas; Avá-guaraní
(Chiripá): 6.918; Guarayo: 1.254 y Tapieté: 1.827. En total, 23.408
indígenas guaraní.
Por su parte, los no guaraníticos son: Lengua: 9.500; Sanapaná: 1.063;
Toba-maskoy: 2.057; Angaité: 1.647; Guaná: 84; Nivaclé: 7.934; Macá:
1.061; Manjui: 229; Ayoreo: 814; Chamacoco: 908 y Toba-qom: 781 personas.
En total: 26.079 aborígenes chaqueños. A esta cantidad hay que agregar el
grupo silvícola ayoreo que todavía no tiene contacto con la población
nacional y que sigue viviendo como cuando América "aún no existía".
(x) Del diario ABC COLOR (Revista Dominical), 13 de octubre de 2002
(Asunción, Paraguay). |