GUAY DEL PARAGUAY (x)
por: NILA LÓPEZ |
Abogado,escritor, periodista,
Helio Vera ganó el concurso de ensayos
"V Centenario del Descubrimiento de
América", organizado por el
Instituto Iberoamericano de Cultura y la
Embajada de España. Lo hizo
con un tema insólito:" Teoría y
práctica de la Paraguayología", sobre el
cual conversamos con él.
HELIO VERA, en el momento de la entrevista (1988).
Tarea difícil la nuestra, de intentar aquí resumir el producto de muchos años de observación analítica, irónica, aguda, inteligente la que ha realizado Helio Vera, antes que todo, un gran admirador del paraguayo.
-Se puede hablar de paraguayología ?
-Es lo que trato de hacer dentro del género del ensayo. Este género se encuentra más ubicado en el campo de la literatura que en el de la ciencia. Es decir, se puede hablar de paraguayología bajo el signo del "vaí vaí", que es la manera en que el paraguayo hace la mayor parte de las cosas.
-Existe acaso un paraguayo típico, una paraguayo mediocre que hace las cosas a medias ? O no estás generalizando ?
-Existe un paraguayo medio, que no es lo mismo que un paraguayo mediocre. Lo que hago es seleccionar algunos rasgos más generales y eliminar otros para proponer lo que Max Weber calificaría como "el tipo ideal", y creo que por diversas razones históricas y culturales ese tipo ideal se acerca a lo que es la mayoría de los paraguayos.
-Cuáles serían los rasgos identificatorios más notables ?
-Uno de ellos es el fuerte sentido de entidad nacional, fortalecido por la barrera lengüística y por el aislamiento geográfico y cultural que tuvieron los paraguayos durante siglos.
-No te estás refiriendo a nacionalismo ?
-No. El nacionalismo es una ideología. La identidad nacional es un hecho cultural. Esta última comenzó a modelarse en el siglo XVI, mientras que la ideología nacionalista es un producto del siglo XX. Y, por cierto, con importantes aportes de teóricos foráneos.
-Cuál es la barrera lingüistica que señalás ?
-El paraguayo habla y piensa en guaraní. Su código lingüistico es guaraní aunque se exprese en el más castizo castellano.
-Traduce al castellano cuando habla ?
-Creo que sí.
-Todos ?
-Por lo menos la mayoría.
-Estás insinuando que es casi una forma de ser ? Qué el ser guaraní parlantes trasciende el fenómeno exclusivamente lingüístico ?
-Creo qu este es un tema para lingüistas y no para ensayistas, pero el idioma es siempre una parte sustancial del universo cultural de una colectividad. No puede abstraerse del resto de los elementos de la cultura.
-Entremos en el terreno práctico. Cómo es un paraguayo ?
-Es un hombre que cree que su vida está prefijada desde que nace hasta que muere. "La muerte co ya debé voínte" (la muerte la debemos desde el primer momento).
-Cree en el destino, fatalistamente, como los griegos ?
-Exactamente. Todo ya está previsto. "La irriko ra ya i riko pama; la mboriahura ya i mboriajhu pama". Y otro más: "Na ñamanoi ko la víspera pe"(nadie muere en la víspera).
-Pensás que somos muy supersticiosos ?
-Tenemos una visión mágica de la vida y de las cosas. Los líderes son como los antiguos chamanes, los antiguos brujos. Hasta se les pide que hagan imposición de manos.
-Tienen mucho poder, entonces.
-Claro, hasta tienen la virtud de convertir en oro lo que tocan. Magia pura.
-A la pucha, somos seres muy privilegiados.
-Nosotros no, los brujos. Nosotros somos paraguayos de segunda categoría. Pero tenemos la sabiduría y la visión del águila para saber quiénes son los que tienen el "payé".
-Quién decide la distribucción de este encantamiento ?
-El destino . Los inescrutables designios de la providencia, como decían los teólogos.
-No te parece que nos ve como demasiado inocentes ?
-Al contrario. El paraguayo tiene a la astucia en el más alto de los conceptos. Son los astutos los que saben llegar; ya sea mediante hábiles maquinaciones o el diestro uso de la motosierra.
-La serruchada ?
-Claro. El serrucho es un instrumento arcaico. Lo empleaba Martínez de Irala, quien según Laconich, es el introductor del "pokaré" a nuestras prácticas sociales. Nos hemos modernizados. Por eso usamos ahora motosierra.
-También aludiste a ese deporte de moda, la aplicación de la ley del "ñembotavy".
-Está de moda desde el siglo XVI. Es un mecanismo de defensa mediante el cual el paraguayo evita comprometerse. Como diría Oscar Ferreiro, el "ñembotavy" es una táctica que permite ganar tiempo para comprender lo que ocurre antes de arriesgar una posición.
-Y el oparei alcanforcha ?
-O también"oparei o vacapiru ñorairõicha" (terminar de balde como pelea de vacas flacas). Es la forma en que se resuelven la mayoría de los conflictos. Como no se toman decisiones para resolverlos se dejan las cosas como están, metiéndoles en la congeladora. Así se resuelven solas, por agotamiento.
-Según Dios disponga o el jefe de turno ?
-Y un poco las dos cosas, pero esto se aplica a todos los campos de la vida social, desde el deporte hasta la empresa privada.
-No es muy negativa tu visión del paraguayo ?
-Al contrario. Es un elogio del paraguayo. Rechazo la tesis de que sea cretino como creyeron quienes lo conocieron mal. Es inteligente, hábil y astuto. Dosifica sus energías para usarlas sólo cuando es para su beneficio.
-Pero lo ves demasiado oportunista.
-Yo diría que es un maestro de la supervivencia. Acosado por todos los lados debe saber muy bien cómo moverse.Por eso la cultura popular está llena de aforismos y advertencias que exaltan la prudencia, el equilibro y la astucia.
-Por ejemplo ?
-Con respecto al equilibrio: "Mbytetepe poncho yuruicha" (en el mismo centro como la boca de un poncho). O: "Anike re pyru yaguarete ruguaire" (no pises la cola del tigre). Y para todas las cosas está el omnipresente "chake", que es una especie de advertencia a peligros no individualizados, pero que están flotando permanentemente.
-De todo lo que dijiste hallo algunas contradicciones: el paraguayo sería cómodo y cínico al mismo tiempo. Equilibrio ? Ante la más leve riña se toma a cuchilladas con su adversario de turno
-No hay contradicción.Las riñas, en su casi totalidad, son provocadas por la caña. Y la caña, como lo explicó un químico, contiene una sustancia que obnubila completamente al individuo. Es decir, esto es la excepción, porque "kaú hape guare ndoikei" (no vale lo que ocurrió en estado de embriaguez). El paraguayo en estado de sobriedad no se liará a cuchilladas con nadie. Pero irá a esperarlo a su enemigo con un maúser detrás de un matorral para darle el definitivo "guasú api" (tiro al venado), o sea matar a distancia, sin riegos inútiles. Me parece eso muy inteligente.
-Violento, vengativo, al mismo tiempo resignado..No me cae bien esta imagen.
-Es la imagen de una colectividad que aprecia el equilibrio y que detesta las pasiones y los desbordes innecesarios. Por eso no suele haber una reacción inmediata al agravio. Se espera el momento oportuno. "Anga nte jajotopane tape po´í pe" (alguna vez nos encontraremos en el sendero angosto). Con esto se dice que el ajuste de cuentas vendrá en el momento más propicio para el agraviado, no para el agresor.
-Vos admirás estos rasgos de conducta que estás señalando ?
-Me parecen los propios de un pueblo que sabe lo que quiere.
-Pero si es conformista y no le gustan los cambios?
-Yo no creo que sea conformista. Creo que no es temerario. Y que no incurrirá en ningún acto irracional para adelantar cambios que supone vendrán por sí mismos. En su momento exacto. El paraguayo espera simplemente su momento.
-Su idea del tiempo es dependiente de las circunstancias?
-Lo que ocurrirá ya está prefijado. Las cosas que ocurrieron, volverán a ocurrir. En el fondo, hay una concepción cíclica del tiempo.
-Esto viene como herencia de los indígenas ?
-Probablemente. Ramiro Domínguez dice que se subestima el papel de lo indígena en la cultura paraguaya. Y explica que debería atenderse más a esa presencia, que sabe disimularse bastante bien, para poder supervivir.
-Y qué hay del dicho de que el paraguayo es el más valiente y temerario en una guerra ?
-Lo de las guerras es otra cosa. Yo me refiero solamente cómo se comporta dentro de su propia colectividad. O sea, entre los paraguayos.
-Pero de todos modos pensás que el paraguayo es muy valiente?
-En las guerras internacionales, la historia da constancia de actos estupendos de temeridad. Es decir, actos de arrojo que se realizan desafiando las más peligrosas situaciones.
-Calladitos y flor de vivos somos..
-Somos muy vivos. Y eso me alegra más que si hubiésemos sido un pueblo de opas. Claro que el "ñembotavy" y el "yvytuismo" (dejarse llevar por el viento que sopla) pueden inducir el craso error de creer tonto al paraguayo. Su suprema viveza es su capacidad de simulación.
-Existe el concepto generalizado de que el paraguayo es haragán.
-Tiene la sabiduría de trabajar en proporción a lo que se le paga. Pero si vas a otros países, verás que el paraguayo es preferido porque no se arredra ante ningún trabajo, por duro que sea. Lo que pasa que aquí se piensa que se debe trabajar como Tarzán por un par de chauchas.
-Somos ingüeroviables, increíbles como nos definió Kostia ?
-El que nos crea así como nos mostramos caerá en la trampa. Alguien dijo que el japonés tiene tres almas. El paraguayo tiene una docena, que emplea según le convenga.
-Y vos, paraguayito, cómo sos ?
-Yo soy un producto de una colectividad. Con la suficiente dosis de traidor para revelar estos rasgos que deberían permanecer en el secreto. Porque son nuestro mejor mecanismo para supervivir sin que nos molesten demasiado.
(x)Entrevista publicado en el matutino HOY (hoy desaparecido) el 23 de Octubre de 1988. El ensayo que se menciona forma parte del libro: EN BUSCA DEL HUESO PERDIDO (Tratado de la Paraguayología), que va por 9a. Edición. Helio Vera ha escrito otros libros.
El libro se puede comprar en las sgtes.
direcciones (entre otras):
1. Librería "El Lector", Plaza Uruguaya; Asunción,
Paraguay. Telfs. 491-966 y 662 863. Fax (59521) 610 639
2. Librería "Expolibro", Plaza Uruguaya; Asunción,
Paraguay. Telf/Fax: (59521) 442-855
Los ñe´ënga que forman nuestra identidad
EL
PARAGUAYO: Tranquilo, machista y religioso (x) |
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por: Héctor Lezcano Ramírez
Caracterizar fríamente al hombre
paraguayo resulta obviamente imposible, dado que en la
conformación de los rasgos socioculturales con los cuales se
rigen convergen diferentes formas de concepción de la vida y
actitudes. Empero, por las expresiones más comunes con los
cuales justifican sus actos, y proyectos, conocidos como
ñe´enga se puede trazar una aproximación a su
perfil. Las costumbres, tradiciones y creencias que sustentan sus
vivencias, en algunos casos, van desapareciendo para dar paso a
otras formas de conductas nacidas del contacto con otras
culturas. De acuerdo a sus expresiones, tenemos que el hombre
paraguayo tiene rasgos tranquilos, a veces demasiados, con
inclinaciones machistas y un enorme sentido religioso con los
que a menudo explican sus acciones. En esta publicación
acercamos distintos vocablos, extraídos del rico anecdotario
folclórico para presentar al hombre paraguayo en sus tres
facetas: tranquilo, machista y religioso.
Al hablar de normas, actitudes y leyes que regulan el comportamiento nuestro, no nos remitiremos a sus raíces etimológicas, porque sería cosa de no acabar. Solo trazaremos algunos rasgos cotidianos extraídos de la constatación quizás muy empírica, pero que por lo reiterativos se vuelven líneas de conductas. Obvia es la no pretensión de presentar un trabajo depurado, académico, sino solamente dar una panorámica de hechos y actos que van formando el código del comportamiento, o al menos el perfil, del hombre paraguayo en su cultura.
No se dispone de datos estadísticos al respecto, empero estas normas las extraemos de la experiencia personal, otras de la vivencia social. Algunas tienen vigencia total o parcial, otras han perdido su valor en nuestros días; algunas actitudes son antiguas, cuyos orígenes se remontan a la religión guaraní en su fusión con la presencia de la fe cristiana, otras sin embargo sólo tienen rasgos netamente socioculturales introducidos en el transcurrir del tiempo, mediante modas que cobran fuerza rápidamente como los festejos de 15 años, presentaciones en sociedad, celebraciones de bodas, etc.
Caracterizando al hombre paraguayo partimos de las tipologías ideales, aquí dentro de la religiosidad podemos encontrar personas que por su forma de relacionarse con Dios y los demás se constituyen en modelos, que podemos calificarlos como los ideales. En el caso del varón son los karai ijohéi pyré, hombre probos, que ostentan valores de conductas ejemplares para los demás. A las señoritas que llevan una vida tranquila, y reposada se las tienen como iseñorá, de comportamientos maduros, equilibrados como una señora.
El hombre tranquilo
Ahora bien, nuestro paraguayo se caracteriza también por su innata tranquilidad, por la falta de prisa, actitud que se refleja en expresiones que entraron hondo en el temperamento popular, tales como: Tranquilidánte ningo reiporu vaerã
Incluso hay algunas nacidas en la picardía,
explicando situaciones a veces no tan halagüeñas, o
justificando esa misma actitud, cuando se dice: Ndaipori
apuro, he´i kure mboguataha. Llegan a veces a
circunstancias tales como que el apurarse puede ser perjudicial,
incluso fatal, porque oyapurávante oyahogáva;
y aquella frase de que: Oyapuravaekue,
opytapáma Boquerónpe.
La falta de visión de su propia responsabilidad para construir
su vida y su futuro se encuentra en expresiones como: Mboriahurã,
mboriahupáma o opotivaerã,
opotipáma ha santorã, santopáma,
etc. También predomina el sentido fatalista ante las
circunstancias. Al personaje típico en cuestión le parece que
todo ya está predeterminado, y solo ocurre porque así
debe ser, ya está todo en la ley natural. Así se dirá: ipo´ihápente
osóva la piola, Mboriahu akárente
ho´áva rayo, oyere vaívapente
oyere vaipa ha hakuahápente hakuapa.
Hallándose en esta incierta situación, reflexionará sobre sí
diciendo: Arekopaite chendive: Che vare´a, che
raï rasy ha che sogüe.
El destino para mucha gente es inevitable, al que se debe acatar. No se puede hacer otra cosa sino conformarse, porque el destino es inevitable, por más que uno se esfuerce. "Lo que es el destino, he´i ñandu guasu, che pepo ha ndavevéi. Otras veces el destino puede deparar a uno algo insólito, inesperado, no merecido, entonces, opina:Lo que es el destino, he´i kururu oveverõ aviónpe.
Mboriahu clamor avave nohendui
Las expresiones que hablan del pobre, su marginación y aceptación pasiva de la realidad son muchas; variadas y pintorescas: Mboriahu clamor ha campana yvyra avave nohendui; Mboriahu bonanza ha teju mymba, hasy reyuhu haguã; Mboriahu ha takuru kuarahypegua voínte, y aquella que dice: Mboriahu ha vejiga, gólpepe mante okapukuaáva.
Y los hechos siguen siendo explicados con frases que sostienen que, algo es algo, he´i iponcho sabanáva, o algo es algo he´i aipo júpe orremavaekue. Tampoco el pila tiene sentido del ahorro y la previsión. Es así que solemos escuchar dichos como Economía ko he´ise, yaupa yarekomía. Si alcanza mucho, disfruta de una sola vez, diciendo Dios nos guarde he´i mboriahu ocarnearõ. Una fiesta familiar del pobre es todo un acontecimiento: Mboriahu carneada ha rico manó herakuã mombyrýva, dice el refranero popular.
El paraguayo no quiere comprometerse, quiere andar en el medio: Mbytetépe poncho yurúicha, pero una vez iniciada la acción requiere de coraje y dinamismo para el seguimiento porque por el camino se hace buei he´i ndaye aipo itoro ra´y oyokuavaekue carrétare.
Relación con los demás
En la generalidad de los casos el paraguayoité se muestra renuente para el compromiso con la amistad o la yunta, o el matrimonio, porque namomboséi che libertad. Piensa que es peor un matrimonio disuelto, que una vida en común sin este requisito, entonces dice: Ivaive ñamenda ha upéi yayueyá. Si el varón tiene hijos extramaritales, upéva kuimba´e rembiapónte voi. Incluso puede tener otra mujer ijeképe, porque según piensa yareko kuaaro yareko mokoï. Si no es casado por la iglesia tiene aún mayores espacios de libertad, porque de la mujer dice sólo es che servihá.
Entre los hijos se le asigna rol inferior a la hija mujer. La nena que nace será servidora de sus hermanos mayores, inclusive el padre dirá ya oima aunque sea oyaoyohéi vaerã. La mujer se ocupará de las cosas elementales de la casa, porque kuña ha mbaraka ogapypeguánte voi, y otras tantas. Al varón, se le permite todas clases de facilidades, tiene que salir, y relacionarse con los demás, de lo contrario se convertirá en lorito óga ha osapukái gallo ndahaéi ryguasu.
Lenguaje religioso diario
En el lenguaje cotidiano se utilizan muchas expresiones que reflejan el hondo contenido de lo religioso en sus actitudes. Las actividades empiezan con Ñandeyára ha Tupãsy rérape. Jesús che Dios, Si Dios quiere y la Virgen, Dios le perdone cuando habla de los desaparecidos. Si cuenta una desgracia ajena se dice: Dios nos guarde, o de lo contrario aicheyáranga.
En el contexto de relacionamiento con los demás van apareciendo frases que designan la amistad o el compañerismo, como Che ra´ã; mi cuate; che duki; che kíli. En este ámbito todas las personas deben saludarse así cuando se encuentran, sean conocidas o no, cuando son vecinos el conocimiento es mayor aún. No extender la mano al conocido es señal de desafío, porque el ofendido interpreta con una lacónica frase que hiere, diciendo algo así como che póre piko oí...
Un capítulo aparte merecen las reverencias a los mayores, objetos sacros, monumentos, lugares, y los signos externos de su devoción como el luto, santiguarse, etc.
Tales conductas abordaremos en otro material
antes de que esto sea muy largo, y alguien nos diga: Ipukuma
hína he´i aipo riel oheréi vaekué, o aquel que
sostiene que ipuku vove ikarëse.
Del diario HOY (Suplemento
Dominical), l5 de Octubre de l989 (Asunción, Paraguay).
Del libro Yo
anduve por aquí (x).- En este capítulo trata sobre
las costumbres del Paraguay de ante; y no tanto
-
TRES
por: Mario Halley Mora
Y también la gente, y entre la gente, los arquetitpos humanos surgidos de una escala de valores primitiva, y por primitiva, pura. Especialmente en los años infantes de Ajos, donde todo era sobrevalorado, el coraje, la cobardía, el honor. El hombre, paradigma vivo de lo macho, debía ser hombre sin debilidades, y si las tuviera, perdía consideración y estima. La mujer era mujer sin altanerías, y si incurría en ellas no tardaba en entrar a funcionar la guacha o el rebenque. La hermosura lo era más si iba ornada de mansedumbre y obediencia y la virilidad se acentuaba en la medida del vigor y de la audacia para demostrarla. Las madres y las abuelas gozaban del respeto hasta el punto de que el hijo varón juntaba las manos y les pedía la bendición; los padres y los abuelos campeaban por la veneración con cierto sesgo de saludable temor. Un buen jefe de familia no era precisamente el padre tierno, sino el severo, el que dictaba la ley y la hacía respetar al mismo tiempo.
Llegaba a su categoría por el imperio de su voluntad, su arrojo, y sus condiciones viriles unidos a su astucia y a su arandú, virtud que no tenía certificación académica, sino era la mezcla de la inteligencia, la penetración en el juzgamiento de los hombres, el conocimiento del alma humana, la prudencia y la picardía, y como suma de todo, el arandú, cuya traducción más aproximada al castellano es la sabiduría, visceral, infalible, arraigada en una cultura de siglos.
Este libro forma parte de LA
GRAN ENCICLOPEDIA DE LA CULTURA PARAGUAYA, de dicha
Editorial.