2da. parte
DEL PARAGUAY PROFUNDO
"Oiméne
tajy poty pe ñure iñapysemba,
oiméne hyakuã opárupi ka´aguy" (Enrique Valiente)
Vivir
en libertad
"Los hombres
no acostumbran tener capitán alguno, ni andan en orden,
pues cada cual es señor de sí mismo. La causa de sus
guerras no es la ambición de reinar, ni de extender sus
dominios, ni desordenada codicia, sino alguna antigua
enemistad de tiempos pasados. No tienen rey ni señor, ni
obedecen a nadie; |
Américo Vespucio (1)
(1) De sus breves "Cartas de Viajes" (a la familia Médicis, de la cual era servidor), luego de recorrer las tierras descubiertas por Colón, y que por extraño que parezca, no lleva su nombre el continente, sino la del navegante florentino (l451-1512).
ÁRBOLES HISTÓRICOS (x)
han sido testigos mudos de hechos históricos y leyendas que aún quedan |
por:
Jorge Rubiani
El tórrido calor de Asunción y la exuberante vegetación circundante a solares domésticos e institucionales habrán hecho que grandes y pequeños acontecimientos que tuvieran como abrigo más que un alhajado salón- algún gigantesco tajy, tarumá o urunde´y de la época colonial. Quedan pocos recuerdos de esos sitios y nada de aquellos árboles originarios. En tales condiciones, no es difícil imaginar que la vida habría transcurrido entonces en la media sombra de los árboles cercanos a las casas y, más tarde, bajo las enramadas y galerías. Precisamente desde la galería de la vieja Casa de los Gobernadores se divisaba, ya próximo al barranco, el naranjo bajo el cual se decía- se cumplían los fusilamientos que el Doctor José G. de Francia ordenaba. Bajo ese naranjo sucumbió el prócer Fulgencio Yegros, el 17 de julio de 1821. De existir, sería uno de nuestros árboles históricos. Pero en el Paraguay el naranjo ya había devenido en histórico por su preciosa fruta, que, desde tiempos inmemoriales tanto como la yerba mate-, se había convertido en una de los principales rubros económicos; y también porque, como se leía en Patria mía, libro de 4to. grado de la escuela de otros tiempos, el telar bajo los naranjos apuntaló la sobrevivencia de muchas familias, luego de la Guerra de 1864-70.
De existir, hubiera sido histórico el árbol de Artigas, un robusto yvyra pytã que, en el solar de Trinidad, aureolaba los últimos sueños del gran uruguayo agobiado de gloria y sufrimiento, como escribiera el humaiteño Eloy Fariña Núñez. También de yvyra pytã eran las ramas que, cerca de allí, cubrían las mateadas con las que Don Carlos A. López matizaba las consultas que le hacían vecinos del lugar.
El jatai, arbusto que sólo tiene hojas, si no histórico, debiera ser objeto de evocaciones gloriosas, tanto como lo recuerda el Nenia de Guido Spano, y por Jataity Corá, cuyo bosquecillo, si aún existiera, debiera ser histórico para todo el Mercosur. De estar, serían históricos también los dos árboles de curupa´y itá, cada uno de ellos con más de 45 cm de diámetro, bajo cuyas sombras fueron sepultados los restos del Mariscal López y la de su hijo Panchito, en Cerro Corá. En la misma zona, algunas cuadras más allá del arroyo Chirigüelo, sería histórico si estuviera todavía - el guajayvi con tres ramas salidas del mismo tronco donde murió Venancio López.
De ubicarse el sitio y si existiera el árbol, sería también histórico el de los montes de Barrero Grande, donde Cirilo Antonio Rivarola recibía los mensajes que le dejaban sus partidarios en un tronco de aquel misterioso paraje. Son históricos aunque ya no existan- los árboles que dieron nombres a lugares emblemáticos de Asunción. El tarumá de la loma homónima, Caballero entre Gaspar R. de Francia y República de Colombia; o el samuhú peré que se encontraba sobre la calle del mismo nombre, hoy Juan de Salazar.
Y son históricas tres matas de yvapovõ: el de la loma San Gerónimo, que esconde entre sus raíces los restos de una de las baterías de defensa de Asunción; el de Manuel Gondra, cuya sombra todavía guarda la casona que hospedaba al ilustre liberal; y el que cobijara la fundación del Club Nacional, en la esquina de Brasil con la avenida Mariscal López.
(x) Del diario ÚLTIMA HORA
(El Correo Semanal), 23-24 de Octubre de l999 (Asunción,
Paraguay)
Cuadro de Edith Jiménez (Paraguay)
EL RESPETO A LA NATURALEZA
(x) por: Jesús Mosterín (xx) Otra cosa que es nefasta y que hay que advertir es que a veces se atribuyen a las ciencias desgracias actuales que no tienen nada que ver con ellas. Por ejemplo, viniendo en avión de Ciudad del Este a Asunción, he visto que toda la selva paraguaya está completamente destrozada. Esto es un tragedia. El bosque tropical es una maravilla. La selva es una catedral. Estos árboles inmensos, que han tardado siglos y siglos en crecer y que son la casa de infinidad de seres vivos, son como para arrodillarse delante de ellos. Y todo esto ha sido arrasado. Y entonces hay un tipo de discurso absolutamente irresponsable y analfabeto, que consiste en decir: Esto es culpa de la ciencia. Esto no es culpa de la ciencia. Esto es culpa de los militares, de los corruptos, de los Gobiernos incompetentes. Todos los científicos están unánimemente a favor del bosque tropical. Y los que están acabando con el bosque tropical no son precisamente los científicos, sino son intereses espurios de gente que no valora estas cosas y que solamente adora el poder y el dinero. |
(x) Parte de una entrevista
aparecida en el diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal),
el 23-24 de Octubre de l999 (Asunción, Paraguay).
(xx) Ensayista español considerado
uno de los más importantes filósofos de la ciencia en lengua
castellana. Este comentario lo hizo durante su visita al Paraguay
en el mes de Octubre/99.
MÚSICA Y FIESTAS (x)
por:
Jorge Rubiani
Eran famosas las despiertas
de San Antonio y las fiestas de San Blás, en
especial ésta, que se desarrollaba alrededor de la iglesia del
mismo nombre iglesia de indios- según
la caracterización del plano de Félix de Azara,
lugar hoy muy próximo al sitio conocido como Punta Carapá.
A estas celebraciones acudía el mismo Presidente de la
República acompañado de algunos miembros de su gabinete y
numeroso séquito. Se recuerda especialmente al Gral. Patricio
Escobar en estos menesteres. Otro era el Dr. José P.
Guggiari. El mandatario concurría a la fiesta consagrada a
la Virgen de la Merced. La festividad, teñida de profanas
como lujuriosas características, era realizada cada 24 de
Setiembre- en la loma Tarumá, entre las
calles México, Gaspar R. de Francia y Rca. de Colombia, cercana
a la casa del Dr. Guggiari. En aquellos días, en esa
legendaria loma de Asunción, el
impetuoso ritmo
negro
se adueñaba ..del
suburbio..al decir de los versos del Dr. Hipólito
Sánchez Quell.
Probablemente en ese mismo vecindario se habrían iniciado las Gombas, fiesta de los negros quienes, al son de tambores de todos los tamaños, danzaban frenéticamente durante días enteros. Estas cuasi-bacanales de la población parda de Asunción fueron prohibidas por la jerarquía católica, aproximadamente en 1878, se dice debido a sus características francamente ofensivas a las buenas costumbres. El malevaje de la zona portuaria tenía su base de operaciones para el bullicio, en los mullidos patios de tierra y enredaderas de la loma San Gerónimo. En ese lugar hubo fiestas desde tiempos coloniales y a cualquier hora. Las jaranas de la loma se hacían de mañana, de tarde, noche y madrugada, sin la excusa de ninguna vírgen o santo patrono que honrar.
Casi con las mismas características, Ycuá Satí tenía fama de barrio fiestero y liberal. Cerca del cerrito Antequera, bajo la fronda de los árboles que entonaban el fresco arroyito que llegaba hasta las proximidades de la Estación del Ferrocarril y entre las actuales calles Tte. Fariña, Manuel Domínguez, Parapiti y Estados Unidos, había bailes frecuentemente. Se cuenta de uno de ellos, en el patio de la casa de Don Cantalicio Esquivel donde una bailarina del lugar, bella y morena, María Ycuá Satí, hizo morder el polvo del desaire al mismísimo Albino Jara en los tiempos en que éste era policiano del Gobierno, en 1897.
(x) Este escrito forma parte del libro POSTALES
DE LA ASUNCION DE ANTAÑO (255 pgs.) editado por su autor en
el mes de Octubre de 1999, y que se encuentra en venta en
las principales librerías de Asunción (Paraguay). El internauta
que quiera comunicarse con el Arq. Jorge Rubiani (urbanista de
prestigio, periodista, estudioso del idioma guaraní, habla
varios idiomas, viajero incansable..) puede enviar su mensaje a :
jrubiani@highway.com.py
EL ÓRGANO DE LA CATEDRAL (x)
por: Margarita Velilla
La curiosa historia del instrumento musical donado por un inglés, que permaneció en el anonimato, y que actualmente reposa en el depósito del templo de La Encarnación. |
Una anécdota digna de destacarse es la aparecida en El Diario del 11 de julio de 1914, y que transcribimos a continuación:
"Un señor inglés que visitó hace poco nuestra ciudad, después de ver varios edificios públicos, con el detenimiento de un turista de verdad, estuvo en nuestra Catedral en el preciso momento en que se daban las lecciones de canto a unos niños en el coro. El inglés se expresó admirado del hermoso timbre de voz de los cantores, pero no pudo ocultar que el órgano le parecía feo.
-Así es en realidad- le contestó su acompañamiento-; pero como el país está muy pobre, después de haber pasado toda una serie de calamidades, tenemos que contentarnos con él. -Si no es más por eso - replicó el inglés-; la Catedral del Paraguay no dejará de tener muy pronto un buen armoniun.
Ya se iba borrando el recuerdo del inglés de la mente de todos los que le vieron y trataron en esta Capital, cuando he aquí que Mr. Haywood recibe de él una guía de la empresa Mihanovich: el órgano regalado por el inglés está en camino, la empresa Mihanovich ha hecho la conducción libre de gastos de flete, y la compañia de seguros Unión Marina aseguró el armonium gratuitamente. Lo más notable de este caso es que el señor inglés del cuento es protestante, y no quiere que bajo ningún concepto se revele su nombre: doble ejemplo de tolerancia y verdadero cristianismo que debemos señalar muy especialmente.
" Tal hallazgo en el periódico mencionado nos llevó a realizar las averiguaciones tendientes a corroborar el hecho, por un lado, y a seguir la historia, por el otro.
En la obra de Margarita Durán Estragó Templos de Asunción, página 92, se registran los siguientes datos: " El padre José M. Rojas, cura rector de la Iglesia matriz, pidió a monseñor Sinforiano Bogarín, en 1909, que gestionara ante el Gobierno la adquisición de un órgano, con motivo de la llegada del "centenario de la emancipación política de nuestra patria y previendo que en aquella ocasión se oficiarán en nuestra Catedral -le decía- grandiosas funciones religiosas...". Le recordó que a raíz de los sucesos de julio del año pasado -1908- había quedado en mal estado el mencionado órgano, a causa de haberse destrozado los tubos con las balas durante el bombardeo y el desafinamiento general de las notas en todos los juegos y registros."
"En inventario de 1915 -sigue la doctora Durán Estragó- aparece ese mismo órgano, pero arreglado, "siendo remendado con papel y cera los tubos y el fuelle reencolado, refaccionado con cueros". Este informe habla claro, el padre Rojas no pudo conseguir el órgano que esperaba se trajera de Europa, pero sí un armonium donado por un señor inglés". Hasta aquí los datos rescatados por la doctora Durán.
De las entrevistas realizadas al actual cura párroco de la Iglesia Catedral, reverendo padre Osvaldo Aveiro, y a monseñor Oscar Usher, párroco de La Encarnación en 1993, supimos y comprobamos que un armonium eléctrico de doble teclado, de la firma Hammond Organs, cuya procedencia es Chicago-Illinois, United States of America, en estado de deterioro, fue trasladado de la Catedral a La Encarnación en 1993, con motivo del remozamiento que mandó realizar el ingeniero Juan Carlos Wasmosy para el acto religioso de la asunción del mando presidencial.
Para esa ocasión fue adquirida el actual órgano Yamaha, que se halla en nuestra Iglesia matriz, siendo -según los expertos- un instrumento de la mejor calidad que haya producido la firma en ese rubro.
Concluimos, pues, aceptando con semiplena prueba que el armonium que se halla en el depósito de La Encarnación, observado y fotografiado, es el mismísimo donado por el anónimo inglés, y que espera ser arreglado, para exhibirlo como testimonio de un gesto generoso que, saltando barreras ideológicas, contribuyó al decoro de nuestra Iglesia mayor y alentó las aptitudes artísticas de sus feligreses.
(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 14.15 de Agosto de l999 (Asunción, Paraguay)
Memoria Viva
6 DE ENERO: El drama de un niño sin Reyes (x) |
por: Mario Rubén Álvarez
El poema de Clemntino Ocampos, basado en su propia experiencia, sobrevive en el tiempo. Convirtió lo particular en universal. Y denuncia la injusta distribución de la riqueza. La tarde caía con un apuro no común. Las horas no le rendían culto, aquel 5 de enero -de 1945 talvez -, a la lentitud. No corrían sino que volaban. Es que el poeta y sastre Clementino Ocampos (nacido el l4 de noviembre de 1913 en San Lorenzo del Campo Grande), en Asunción, esperaba, ansioso entregar un traje a la medida. Más que entregar, lo que quería era cobrar a su cliente para que su hija Ramona Belarmina, de 3 años, tuviera un regalo de Reyes.
La noche llegó antes de lo acostumbrado. El cliente, sin embargo, no apareció. La decepción se apoderó del que tenía puestas sus ilusiones en aquel hombre que no cumplió su palabra. La suerte estaba echada: su primogénita no tendría el regalito que aguardaba con tanta ansiedad.
Al día siguiente, en la casa del poeta, la niña amaneció sin su obsequio. Pudo tal vez haber puesto sus zapatitos en la ventana, lo mismo que el agua y el pasto para los camellos, como un gesto de cortesía para los visitantes venidos de tan lejanas y misteriosas latitudes. Lo cierto es que con la mañana a la criatura le crecía una inmensa tristeza.
Qué malos son Los Reyes: a mí no me trajeron nada!- le comentó Ramonita a su papá. Impresionado por el episodio, Clementino tomó la anécdota y escribió 6 de enero. Demoninador de su arte, buscó las figuras necesarias para convertir lo particular -su caso- en universal -algo que a cualquiera le puede suceder, en cualquier parte del mundo-, y escribir una poesía que sobreviviera en el tiempo.
Pronto el poema se popularizó. Maxima Lugo, Diosnel Chase, José L. Melgarejo y otros lo llevaron, como recitado, a los más alejados rincones del país. Le gustaba a la gente. Era el drama del huérfano pobre e inúltilmente virtuoso que se quedaba sin regalo, censuraba la maldad de Los Reyes y le reclamaba a su madre la reparación de la injusticia. Era y es, también, más allá de lo que estrictamente dice la letra, una denuncia de la injusta distribución de la riqueza.
Llegó la revolución de 1947. Clementino, que no quería derramar la sangre de sus hermanos, eligió el exilio. Y con su tijera, su centímetro y su máquina de coser instaló su sastrería en Formosa, para seguir dando de comer un pan honrado a su familia.
Por allí, un día cualquiera, pasó Martín Escalante, que por entonces todavía no cantaba con Carlos Quintana (era el dúo Pérez-Quintana). Le pidió 6 de enero para ponerle música. Poco tiempo después la obra estaba completa. Y los versos musicalizados recorrían los caminos para impresionar a los insensibles y conmover a los sensibles.
Cada vez que se aproxima el 6 de enero, la composición, se convierte en un himno. En cuatro estrofas pinta un universo. Y la tragedia de ese niño "más bueno que Antonio y Andresito" sigue siendo el de muchos niños golpeados por la injusticia.
6 DE ENERO Era hermosa la mañana,era el Mas un niño que era pobre, Por qué mamá querida Los Yo mamita soy más bueno que Así se queja el pobre sin
cariño Letra: Clementino Ocampos |
(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 2-3 de
Enero de 1999 (Asunción, Paraguay)
Acerca del escrito precedente
LOS TRES REYES-YAVE (23)
SEIS DE ENERO Y DON EMILIO (x)
por: Bernardo Garcete Saldívar
Don Emilio Godoy era el zapatero que también vivía en aquel
recordado inquilinato llamado Te´yï (24), hoy desaparecido,
ubicado en las calles República Francesa y Luis Alberto de
Herrera, barrio Ciudad Nueva. Padre de familia numerosa, se
ganaba el sustento diario con el rítmico golpe de su martillo,
moldeando el cuero-zuela que, luego, en formas de calzados ("zapatú")
(25), iban a engrosar la fina colección de la zapatería
"Los Dos hermanos", de los Hnos. Pedro, en 25 de Mayo
casi Iturbe. No era tal vez el patriarca del barrio, pues ese
título ya tenía ganado hacía tiempo don Arístides G. Isusi
(con un almacén, toda una institución, en Herrera y Santa Fe,
hoy L. Irrazábal); pero, eso sí, era el primus motor, desde su
modestísima posición, de toda actividad que se proyectaba en
Te´yï y sus alrededores. Su campo preferido era los mita´íses
(26), especialmente lo más humildes, los pobres de
solemnidad, ya que, como señalaramos, más de una vez, también
se acercaban al inquilinato (Macondo-í) (27), algunos
niños "caté" (x). En invierno -por suerte, !qué
corto en nuestro país!- frente a su mesa de trabajo, cual
relojero siglo pasado o alquimista antiguo, al ir poniendo los
clavitos - !sostenidos en sus labios!- en la zuela, gustaba
filosofar a los silenciosos niños que, descalzos (en casa de
zapatero..!), casi llenaban la diminuta pieza que, con otra
similar, constituía el hogar de don Emilio. Por derecho propio,
sin ser elegido, era el padre-guía espiritual de los pequeños
(pues el padre de más de un niño había muerto en la guerra de
la Defensa del Chaco).
Como excombatiente de la guerra chaqueña, también gustaba
rememorar, con lujo de detalles, los innumerables batallas en que
había participado; como si fuera otro Emiliano R. Fernández,
!cantaba sus glorias! !Qué gusto daba oírle! Más de un
chiquilín, tal vez soñaba con ser un guerrero salvador como
él. Presidente honorario del equipo de fútbol, juez supremo
para deslindar cualquier "soki" (28) o "trompo-korá"
(29), o en alguna acalorada discusión, llevar la paz; lo
mismo que en alguna batalla de pandorgas-barriletes o
"partidís" (30), en los barrios.
La pelota más redonda
Y cuando ya el progreso avanzaba incontemible, y de la pelota de trapo (Nenito Mora era el artesano indiscutible en hacer las más redonda pelota de trapo que uno pueda imaginar), pasamos a la de cuero, el auxilio, la asistencia ex-per-tí-si-ma de don Emilio se hizo imprescindible.
Pues, cada vez que se pinchaba-agujereaba una pelota, por
cuanto una espina nunca faltaba, se corría presuroso al único
que, sin regatear ni preguntar culpables, se ponía a
arreglarla... gratuitamente.
Toda la expectativa - y la alegría- estaba fijada en las
diestras manos del zapatero remendón -cual padre de un nuevo
Hans C. Andersen- quien, una vez localizado el agujero mediante
una vieja y averiada palangana llena de agua, sentenciando,
ceremonioso: "Aquí está". Manos a la obra; venga
cemento con gomitas, y luego el parche. Y listo, La operación
había llevado 3-5 minutos a lo sumo, pero señores, !qué
estilo, qué elegancia, qué ritual sin par en ese corto período
de tiempo! Sin embargo, todavía que esperarse unos minutos para
secarse bien el cemento..; mientras, don Emilio aprovechaba para
indagar si cómo estaba el partido, quienes integraban los
bandos, amagos de equipos. Luego, como una relámpago, la
chiquillada abandonaba el recinto con las "muchas gracias,
don Emilio..". Continuaba éste, tal vez, con alguna leve
sonrisa, su rítmico martilleo.
Los Tres "Reyes-yave
La llegada de los Tres Reyes Magos (6 de enero) era para don Emilio un día especial, para el que ya se venía preparando desde hacía semanas. El sabía, fruto de añares de experiencia, que en el devenir de esa mañana, iba a tener más de un visita de sus amiguitos; eran de los padres que no tenían para comprar al ansiado "regalito" a sus hijos, siempre numeroso. El mita´í olvidado, en medio de una tímida lágrima y de una resignación al parecer a prueba de toda bala, enfilaba sus pasos al taller del zapatero. Éste, trabajando como siempre, como no dando especial importancia al visitante. La rutina respetuosa: saludo cangy-mí (31) del niño. De pronto, como si de repente se acordara de algo, don Emilio decía: !Ah!, los Reyes Magos dejaron algo para vós -todo en avá ñe´e (32), claro está- . Estaban muy retrasados.., me dejaron algunas cositas para ti".
Y allí venía, de algún "zapatú" (25) que estaba debajo de la mesa, un camioncito, una bolsita de caramelos con figurines de "peloteros" -ahora, lo llaman "futbolistas"-, unas cuantas "firrucas" (tapas de cartoncitos de cajas de fósforos "Luna"), y..,nada más.
Un mundo de alegría se abría para el chico quien, por esta vez, se olvidó de agradecer, se puso a correr correr..hasta el "koty" (33), la habitación que representaba todo su hogar; y decía, jubiloso, con ese hilillo de voz que ya se parecía a la de todo un hombre: "Mamá...".
Don Emilio ya hace tiempo nos dejó, pero su recuerdo está más vivo que nunca.
Asunción, enero 1982
(x) Del libro "CARTAS DANESAS Y OTROS TEMAS" (3ra.Edición; enero 1994). El libro se puede adquirir en la Librería "EXPOLIBRO", 25 Mayo esq. México, Asunción (Paraguay). También en la Libreria EL LECTOR, en 25 de Mayo y Antequera (Plaza Uruguaya). Más información sobre el libro, haga click sobre lo subrayado.
Traducción del guaraní al
castellano: 23. Yave (cuando, durante...) |
Un típico equipo (?) de fútbol (descalzos) en el barrio Ciudad Nueva, Asunción, Paraguay. La mayoría de sus integrantes eran del popular inquilinato Te'yn; en la década de los años 40.
EN EL MUNDO DE LOS MITOS
EL CABURE-Í (x) |
por: Saúl Romero F.
El monte es una fuente inagotable de leyendas y de fábulas. En los tiempos primtivos la supertición domina la mente del hombre, como también en la actualidad, aunque ya en menor medida.
Hay damas, y de toda condición social, que guardan el amuleto en sus carteras o alguna prenda de vestir, de un modo confidencial, en privado.
(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 24 de Setiembre de 1988 (Asunción, Paraguay).
Postales de la Asunción de antaño
Fernando Centurión
Hijo del Cnel. Juan C. Centurión,
eximio ejecutante y profesor de
violín, laureado en el Real Conservatorio
de Lieja, Bélgica.
MÚSICOS(x)
por: Jorge Rubiani(xx)
Una prueba de la afinidad de los paraguayos
a la música es el número de presidentes, ministros,
ministros, magistrados que o fueron músicos o
formaron parte de las primeras sociedades melómanas.
Investigaciones de historiadores así como las crónicas de pasajeros por Asunción en la época colonial han testimoniado la capacidad de asimilación de los indígenas de las Reducciones Jesuíticas y de los criollos en general, de las técnicas musicales extranjeras no sólo en cuanto a la ejecución sino en la misma fabricación de cualquier instrumento incorporado a la Colonia. Una de las historias conocidas a través del trabajo de Juan Max Boettner es el legendario Cristóbal Pirioby, indígena paraguayo que había hecho su aprendizaje musical con alumnos de los jesuíticos, remanentes en la reducción tras la expulsión de aquéllos en 1767. Pirioby nació en San Carlos en 1764; a los 16 años, según recomendaban los jesuitas, se casó con María Moño y ya músico y luthier se dirigió a Buenos Aires, donde se instaló.
Adoptó el nombre de José Antonio Ortiz,
vistió a la moda con calzones de raso turquí,
sombrero de copa alta y capas de anafalla.
Hasta se pegó el lujo de tener un criado: el negro Roque.
En la capital del Virreinato Pirioby enseñaba
canto, clave, violón, espineta y guitarra, hasta 1794, año de
su fallecimiento.
Sin los mismos detalles pintorescos de la vida de Pirioby, hubo por la misma época, entre criollos e indígenas- otros músicos y luthiers destacados. Una prueba de la afinidad de los paraguayos para la música es que un buen porcentaje de presidentes, ministros, magistrados o fueron músicos o formaron parte de las primeras sociedades culturales que fomentaron la difusión de la música en nuestro país. Entre los jefes de Estado que se sabe- ejecutaban la guitarra estaban el Dr. Francia, el Mariscal López, el coronel Albino Jara y el Mariscal Estigarribia. Casi todos los descendientes de don Antonio Taboada, fundador del Partido Liberal, fueron músicos y, hasta hace poco, le sobrevivían sus nietas, profesoras de música en cuanto colegio hubiera en Asunción. El hijo del Cnel. Juan C. Centurión, Fernando Centurión, fue violinista; el hijo del presidente Cecilio Báez, Quirino Báez Allende, fue un destacado guitarrista y ofreció conciertos en la corte de los Zares en Rusia y se dice- en toda Europa. Otro personaje de la misma prosapia, Nonón Domínguez, hijo del Dr. Manuel Domínguez, era concertista de piano y obligado protagonista de la vida musical asuncena.
De la formación de la Sociedad del Cuarteto, en 1889, formaron parte Bernardino Caballero, el ya mencionado Juan C. Centurión, Juan B. Gaona, Christian Heisecke y Pedro Saguier, presidentes o vices o ministros de gabinete, desde 1874 en adelante.
Ya en este siglo y merced a la labor de profesores extranjeros y sociedades culturales, en especial de la Sección Musical del Instituto Paraguayo, se multiplicó la dotación musical paraguaya y hasta hubo casas construidas para dar lugar a pequeños conciertos y/o veladas musicales como la del Dr. Di Martino, que aún ostenta el gran diseño de Esmagailoff, constructor ruso, en Eligio Ayala esquina Constitución.
Ya entonces se sucedían en Asunción conciertos de Agustín
Barrios, Gustavo Sosa Escalada y Dionisio
Basualdo. En 1926 se estrenaba la guarania de José
Asunción Flores y se inauguraba el período de bares con
música, desde el mediodía.
(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo
Semanal), 11-12 de Julio de l998 (Asunción, Paraguay).
(xx) Este escrito forma parte del libro POSTALES DE LA
ASUNCION DE ANTAÑO (255 pgs.) editado por su autor en
el mes de Octubre de 1999, y que se encuentra en venta en
las principales librerías de Asunción (Paraguay). El internauta
que quiera comunicarse con el Arq.Jorge Rubiani (urbanista de
prestigio, periodista, estudioso del idioma guaraní, habla
varios idiomas, viajero incansable..) puede enviar su mensaje a :
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