Homenaje a Oscar Cardozo Ocampo. A consecuencia de un accidente automovilístico, falleció el 21/07/01, en Argentina, este consagrado músico, amigo de FA-RE-MI. Publicando esta entrevista que se le hizo el 31/12/00, le rendimos nuestro recuerdo y admiración de siempre.

Desde su función de compositor y arreglador, el maestro Oscar Cardozo Ocampo ha recorrido la diversidad de la música con el piano: musicalizó 37 películas de cine, varias obras de teatro y algunas series de televisión. Intervino en la grabación de incontables discos. El último, un álbum en homenaje a Ernesto “Che” Guevara, “Che. Diario del regreso”, cantado por Jairo, expone su extraordinario talento para dar sonido a las palabras. Y él, con la sencillez de siempre, se limita a reconocer que de su padre, el genial músico paraguayo, don Mauricio Cardozo Ocampo heredó “la obstinación y la fuerza de voluntad”. Lo que usted leerá en esta nota le permitirá ingresar a la intimidad de un artista grande.

-Tuve cierta precosidad, viví en un ámbito muy propicio para mi vocación, así que fui un poco particular. Tenía una condición que me distinguía de los demás, podia hacer música. No puedo decir que fui del todo normal. También me gustaba mucho jugar al fútbol, me enamoré de mi maestra, como los chicos tuve mis fantasias.

-Cuando conocí el Paraguay tenía 9 años. Es una imagen larga que abarca cuatro años, fue muy sorprendente el cambio para mí. Entre los 9 y 13 años me pasaron aquí las cosas importantes que pasan en la vida, como es el crecimiento, la adolescencia.

-Yo estoy en la edad en la que hay que emplear el tiempo sensatamente. Quizás las travesuras que hago sean sin mayores consecuencias.

-Me gusta mucho caminar por los lagos de Palermo. Trato de hacerlo, más que como tiempo libre, como una obligación. Otra cosa es escuchar música clásica o música popular en el auto o manifestar mis afectos con mi familia, con mi mujer, con mis hijos y con mis amistades, porque el resto del tiempo trabajo con la música.

-Por ahora, no, no sé más adelante.

-Aparte de la vocación, heredé la obstinación, la fuerza de voluntad y también debo haber heredado algunas cosas que no son virtudes (risas).

-Si me tuviera que referir al concierto de anoche, a los aplausos que recibí en la plaza, lo disfruto con verdadera gratitud. Gratitud hacia la vocación, hacia la gente que es tan generosa y tan cálida.

-Anoche me sentí célebre. Cuando me presentaron los aplausos fueron muy largos y yo me sentí muy conmovido y agradecido.

-Nunca me detuve a pensar. Más que nada creo que la vida es muy hermosa. La vida es un regalo único que hay que disfrutarla y cuidarla.

-Suele tomar alguna bebida ? Tiene algún vicio ?

-Tomo poco alcohol. A veces, en la cena me gusta tomar buen buen vino, en las fiestas tomo champán. Pero el resto del tiempo trato de tomar bebidas sin alcohol.

-Un hombre ansioso.

-Amor y defectos.

-Sí. Estoy convencido que el reconocimiento tarde o temprano llega cuando uno se esfuerza por conseguirlo.

-Al final de la infancia. Cuando empecé a tocar el piano en la escuela. Por ejemplo, aquí en el colegio Dante Alighieri, donde yo llegué hasta el primer curso, tocaba el piano en los actos. Ahí empecé a descubrir que tenía elementos de seducción, de placer. Mi ego se veía muy gratificado (se rie).

-Varios. Decía por ejemplo: Cuando uno abre la boca tiene que decir cosas con fundamentos, cosas sustanciosas. También decía: A la juventud no se le debe mentir, de ninguna manera. Y cuando quería resumir en una frase sus conceptos a los cuales pude yo alguna vez haber faltado, él decía: Me estás fallando Oscar. Esta síntesis era contundente para mí, porque resumía algo así como: vos y yo tenemos un compromiso de seriedad en la vida y vos no me estás cumpliendo y eso me está doliendo.

-Con nostalgias, muy conmovedoramente. Yo veo su imagen, la comparo con la mía y me da la sensación que pasó por momentos muy lindos como los que yo paso, por momentos difíciles también como los que yo paso, entonces lo recuerdo con nostalgia.

-El recuerdo de Amambay es diferente, es conmovedor a otro nivel. Lo de Amambay recuerdo con mucho dolor, porque fue una vida valiosa frustrada. Una compañera mía, una hermanita, un amiguita (se le llena los ojos de lágrimas). Es un pedazo de vida que no está, entonces la recuerdo con tristeza, realmente.

-(Se rie). Lo disfruto con mucha alegría, con mucho orgullo y hasta con humor. Me gusta coquetear un poco entre las dos nacionalidades, pero en el fondo me siento muy unido sanguíneamente al Paraguay. Y como la Argentina es un país, por su grandeza, por su inmensidad y por su historia que no tiene una definición racial tan concreta como el Paraguay, que recibe a la gente de otros lugares, me siento muy cómodo allá.

-Me gusta escucharla para corregir los defectos. No me da mucho placer, tampoco me disgusta. La música mía que escucho últimamente es para cotejar, comparar y corregir defectos.

-Sí, hay varios. Hay mucha música que no me gusta. Por ejemplo, la música de bailanta, la cachaca, mucho rock que no me gusta y romanticoide que no tocaría nunca, salvo para ridiculizarlas algún día (risas).

-Claro. La música ayuda y en algunos casos puede profundizar el dolor. Puede provocarnos sensaciones emotivas, nostalgicas, recordar los momentos felices que ya no están.

-Es el rumbo de la lucha por la realización valiosa, concreta.

-Sí, por supuesto. Me abrió más puertas que me creó más responsabilidades por comparaciones odiosas. Hay gente que dice que le pesa el apellido. A mi me ayudó más de lo que me pesó.

-En estos tiempos tan materialistas, para qué sirve una canción ?

-Sirve y sirvió siempre como un elemento para movilizar las fibras nobles del ser humano. La música puede enternecer, conmover, excitar y si está dirigida a las profundidades más sensibles y más nobles del ser humano, en sus sentimientos y en su espíritu, cumple una función muy importante.

-Hay varios. Me gusta mucho Ricardo Flecha, Carlos Pettengil, López Simón. De las chicas me gusta Luz Aurora, Claudia Abente, hay otros más que no conozco.

-Cuál fue el papelón más grande de su vida ?

-(Risas). Tengo varios. No recuerdo ninguno ahora mismo, pero sé que todavía voy a tener varios más.

-Qué fue lo mejor que se dijo de usted, alguna vez ?

-Se han dicho algunas cosas buenas mías. Recuerdo algunas pocas, una vez un periodista paraguayo hizo un resumen de cosas por las cuales uno podía sentirse orgulloso de ser paraguayo. Y una de ellas decía: Por contar con el maestro Oscar Cardozo Ocampo.

-Le gusta el fútbol ? Hincha de qué equipo ?

-Hincha de Boca Junior, pero decidí no ir más a la cancha, es suicida. Aparte es injusto contribuir a mantener una espectáculo entre comillas donde se pone en riesgo la vida de uno o la de sus hijos. No tiene sentido.

-Como es Cardozo Ocampo de entrecasa ?

-Es juguetón, algunas veces rezongón, pero muy alegre.

-Mi deuda más grande es con el público paraguayo. Yo les debo un CD de piano solo. Anoche más de una vez me lo han pedido en la plaza. Es un tema, espero cumplir pronto.

-Qué fue lo más bello que vieron sus ojos ?

-La belleza es subjetiva. Y el concepto de lo bello es personal, diferente en cada individuo. Hay muchas cosas bellas por su forma o por lo que significan. Quizás mis hijos, por la belleza de conmover. No son más lindos que los demás, tampoco más feos. Son pedazo de mi vida y de mi sangre y me conmueven notablemente.

-Guillermo, el mayor, está hace años haciendo una carrera profesional como músico. Eligió la música como profesión, cosa muy difícil en estas épocas. Y creo que tiene condiciones, me siento muy orgulloso de él.

-Qué lugar de Asunción le agrada ?

-Me gusta mucho mi barrio de adolescencia que era donde estaba el Solar Guaraní, vivíamos donde hoy está el colegio Santa Clara. En ese hermoso parque, cuando no existía el colegio, correteábamos mis hermanos y yo en la infancia.

-La incertidumbre de la inestabilidad socioeconómica y política de nuestros países. Muchas veces me despierto a la madrugada y me asusta no saber qué voy a hacer el mes que viene.

-En algunas cosas buenas sí, pero con bastante preucaciones (se ríe).

-Exactamente como lo recuerdan a mi padre. Cuando estoy por Asunción y camino por el centro cada dos cuadras alguna persona me dice: yo fui muy amigo de su padre. Es conmovedor, realmente.

-Estoy haciendo trabajos sobre música mexicana para una orquesta sinfónica de México. Quiero formar un grupo pequeño de tango para poder tocar. A mi me da mucho placer tocar tango en el piano. Está el estreno de la obra Che Guevara para abril y un cuarto proyecto, que es el de todos los años, estudiar, estudiar, estudiar.