Nació en Asunción en 1890. Fueron sus padres: Eleuterio Correa (brasileño) y la paraguaya Amalia Mizcowsky, hija del coronel polaco Luis Mizcowsky.
Es un hito referencial para el estudio del teatro popular de nuestro país. Su talento de actor y director destacó nítidamente en las obras en guaraní de Francisco Martín Barrios y Félix Fernández, y luego, en las suyas, que tienen el sello peculiar del tema social.
Julio Correa es desde las tablas, la voz del pueblo que denuncia, que rechaza la injusticia y clama por los derechos fundamentales del ser humano.
Poeta de lengua hispana y autor teatral en guaraní, Correa manejaba a la perfección los dos idiomas, y dio a este último, el protagonismo jerarquizado en las obras teatrales. Con su esposa y compañera, doña Georgina Martínez, encabezó un elenco que aportó significativamente a la cultura popular, ofreciendo un teatro digno y auténtico. En esta tarea, no se detuvo ante los obstáculos naturales de toda acción cultural, y fué director, actor, autor, escenógrafo, maquillador, fabricando con polvos vegetales los elementos de maquillaje, y creando el vestuario adecuado a la obra.
Vivió en Luque, donde aún se conserva la vieja casona que fue su hogar, convertida en museo, donde se exiben sus manuscritos, ropas, enseres de la escenografía y el infaltable can, hoy embalsamado, que acompañaba sus apariciones en escena.
Su producción en obras de teatro, mantienen la vigencia de las obras enraizadas en la autenticiddad del pueblo y aún, a 40 años de su muerte, se representan Karu Poka, Guerra Aja y Yvy Jára.
Otras obras teatrales de Julio Correa son: Sandia
Yvyguy, Tereho Jey Frente pe,
Peicha Guarãnte, Ñande Mba´erã´ÿ, Pleito Rire, Joayhúguirei, Po´a nda
Jajokói, Sombrero Ka´a y La Culpa
del Bueno.
En el periódico Guarani, dirigido por Facundo Recalde, publicó en el año 1919 ”Dialoguitos Callejeros”. En 1933 estrena su primera obra teatral Sandia Yvyguy. En 1943, publicó su libro de poemas ”Cuerpo y Alma”.
En el año 1953, a la edad de 63 años, desapareció físicamente, pero su espíritu y su voz, auténtica voz del pueblo, viven eternamente en el escenario del teatro popular
Dos poesías de Julio Correa
PARTO
Es el dolor de todos la angustia cotidiana De vivir oprimidos. La guardia pretoriana, Cáfila de bandidos Veja, atropella, mata y encarcela Y atentamentre vela Por la vida maldita de un gobierno Que anhela ser eterno Cilicio, cruz baldón Y vampiro que chupa el corazón Inmenso de la raza Más noble y más valiente.
El azote, el puñal y la mordaza; Y la befa inclemente, La cárcel, el destierro y el insulto Y los asesinados boyando Entre tumulto De las olas del río, Crimen horrendamente impío, Concreción espantosa de la malignidad Que de dolor al pueblo tiene harto… Y es nada más que el gran dolor del parto, Y ya está por nacer la libertad! |
ESTE MI TRAJE VIEJOEste mi traje viejo es el que me defiende De la envidia insultante de vacío burgués. Me creen condenado y ya nadie pretende, Ni aun el hombre más malo, condenarme Otra vez. Este mi traje viejo, Y mis zapatos rotos y mi sombrero raído, Ponen en mi persona algo así como un dejo De hampón y de bandido. Pero, yo sé quien soy, Y sé hacia donde voy, Y sin jactarme de mi rango, Al ver pasar la vida, negro río de fango, Propicio a la piara gruñidora y feroz, Yo le brindo mi verso en el nombre de Dios. |
(x) De la revista Campaña Nacional del Ñemomarandu, que se hizo bajo la iniciativa de Oscar Nelson Safuán, con el apoyo de instituciones oficiales y entidades privada