Agustín Barboza e Yberá en Copenhague (Dinamarca) -1968- |
1968 |
por: Bernardo Garcete Saldívar |
Malmoe (Suecia) Octubre 1968 |
1998 |
por: Francisco Britos- Mario Rubén Álvarez (x) |
Expresivo y entusiasta, lleno de júbilo, Agustín Barboza, en la sala Leopoldo
Merechal de la Embajada Argentina, con el acompañamiento del maestro Oscar Cardozo
Ocampo, presentó su disco compacto "Ruego y Camino". El material editado por
Garbett Producciones y la Fundación que lleva el nombre del artista, es una
síntesis de la trayectoria de una de las voces más altas de la música paraguaya.
Barboza, una de las últimas glorias vivas de un tiempo de talentos singulares
para la creación y la interpretación de inspiración folklórica de nuestro país,
sigue siendo una figura que convoca a numeroso público. Los aplausos fueron
la mejor muestra del afecto y el reconocimiento hacia ese símbolo que continúa
en pie.
PAUSAS
La desenvoltura de Cardozo Ocampo, en las pausas, permitió que con las canciones
fueran interpolándose anécdotas y recuerdos que dieron la oportunidad de conocer
mejor las intimidades del nacimiento de las canciones interpretadas. La memoria
de Agustín continúa gozando de una envidiable salud, tanto para rememorar lo
vivido como para cantar las letras.
"EL REGALO DE SU VOZ"
El poeta Elvio Romero, en un momento del espectáculo, abrió un paréntesis para
presentar el disco. Tras citar a los grandes de la música paraguaya, resaltó
que "Agustín Barboza es el último gran sobreviviente". Mencionó después dos
músicas de sus obras fundamentales:"Ñane aramboha" y "Reservista purahéi". Ancló
después en Pablo Neruda, cuyo aniversario de fallecimiento se recordaba, para
destacar su honda voz universal.
Retomando la alusión a Barboza, apuntó que la noche iba a quedar en el territorio
de lo memorable, "porque señala la presencia de un grande hombre, de un creador
iluminado", que ofrece "el regalo de su voz", para que se agrande el corazón.
TIMBRE VEINTEAÑERO
Con los arreglos de Oscar Cardozo Ocampo, conservando la fidelidad al espíritu
de cada una de las composiciones, Agustín, vestido de impecable blanco, comenzó
a cantar aquellos temas identificados con su vocación y con su historia personal.
"Ñasaindype", de Félix Fernández y José Asunción Flores, primera guarania grabada,
en 1933, desde su juvenil timbre veinteañero, volvió a sonar en su garganta
como para decir que, a pesar del tiempo, su camino sigue siendo el mismo.
Después, en medio de emociones, aplausos de pie, exteriorizaciones de cariño
y de admiración, cantó "Ñane aramboha", que también forma parte de ese repertorio
que le acompañó. Después desfilarían también, siguiendo un orden cronológico,
temas como "Morena", "Ruego y Camino", "Muchacha Dorada", "Piraretá" y "Canción
del viejo río", para concluir con mi "Patria Soñada", acompañado por las mujeres
que cantan la guarania.
Los amigos del compositor e intérprete estuvieron presentes con su canto. Ñamandú,
Sembrador, Rubén Domínguez, Rito Pedersen, Somos, Diana Braboza y Lobito Martínez
le rindieron un merecido tributo con sus interpretaciones.
Anoche, una vez más, se patentizó el cariño que se supo granjear don Agustín
a lo largo de su 70 años con el canto, toda una vida dedicada al arte con honestidad,
coherencia, sin concesiones fáciles y con alto sentido de profesionalidad, factores
que hicieron que su iluminada voz logre vencer el tiempo.
BIOGRAFÍA MÍNIMA
Agustín Barboza, cantante y compositor, nació en Asunción el 5 de mayo de 1913
e inició su carrera actuando en festivales de música formando parte de su primer
grupo musical, el trío "Melgarejo-Barboza-Feliú".
En el año 1929 llegó a Buenos Aires con ganas de desarrollar su talento musical,
lugar donde se encontró más tarde con José Asunción Flores, en 1933, año en
que grabó "Ñasaindype", la primera guarania que se grabara en disco, según lo
explicó el mismo Barboza. Desde aquel encuentro, que le brindó la oportunidad
de comenzar su carrera como cantante y compositor, no ha interrumpido su incursión
en esta disciplina artística.
Integró la orquesta "Ortíz Guerrero" como solista junto a José Bragato, Aniceto
Vera Ibarrola, Emilio Bodadilla Cáceres, Gumersindo Ayala Aquino y otros grandes
talentos, todos bajo la dirección del maestro Flores. También formó un trío
con Félix Pérez Cradozo y Eulogio Cardozo.
En el año 1944 continuó sus estudios de canto en la Escuela de Música de la
Universidad de Río de Janeiro (Brasil), gracias a una beca que le concedió el
Gobierno Nacional. Dio también conciertos y audiciones en teatros y radios durante
los años vividos en ese país.
Hacia la década del 50` comenzó una gira por países del norte Sudamericano y
de Centroamérica. Por México, Estados Unidos de Norteamérica y Europa. A veces
como solista y otras integrando varios conjuntos.
En 1954 , Luis Alberto del Paraná convoca a Barboza para reorganizar el "Trío
Los Paraguayos" junto al arpista Digno García. Llegados a Europa firman contrato
con el sello Philips de Holanda, del que son artistas exclusivos durante años.
En 1994 el Gobierno Nacional le concedió la condecoración con la Orden Nacional
del Mérito por su labor dedicada a la composición y difusión de la música paraguaya.
En 1997 el Congreso de la Nación le otorgó el Premio Nacional de Música.
Es autor de unas ochenta inspiradas composiciones como Alma Vibrante, Flor de
Pilar, Mi Patria Soñada, Sobre el corazón de mi guitarra, Muchachita campesina
con textos del poeta Carlos Miguel Jiménez, Dulce Tierra mía y Viva la vida,
viva el amor, con Augusto Roa Bastos, Che róga, Oñondivemi y Reservista Purahéi
con Félix Fernández, Sombras de ausencia con Enrique E. Gayoso, Voz del viejo
río con Aníbal Romero , entre muchas otras canciones de éxito.
(x) Del diario "Última Hora"; 24-09-1998 (Asunción, Paraguay)
(xx) Don Agustín Barboza murió el 18 de diciembre
de 1998 a los 85 años, en Asunción, Paraguay.
ÑASAINDYPE (Guarania) Ko´ê mbotaite che mborayhupará Epáy ehendu ko che purahéi Ikatu porânte ko´êramo ára Aha mombyry nda jajoechavéi. Jasy jajaipa che moirûva hína Nde róga jerére ohesapepa "Kuchui guyguy" péina ojupíma Ne rovetâ ári ne mombáy haguâ. Ka´aguy pa´û hyakuâmba´ ÿva Pe amo mombyry hovyû mbaite Ha yvytu vevúi ku ko´é oguerúva Omo´agûi ñandéve kuarahy resê. Guyra pytâ´i ku iñakâ potýva Péina aguiete ahendu oñe´ê Ndijavýivaicha ku ipy´a hasýva Hakate´ ymígui anga cherehe. Mbyjami porâ ku ojajaipaitéva Oikekuetévo hata ombogue Peteî mbyja ypy´a hatâveva Peína ojepoity nde rerahase. Ikatu porânte ko´êramo ára Aha mombyry ndajajoechavéi Nde ramo mbyja che rembiayhupára Ajovasamíne ha aropurahéi. Letra: Félix Fernández Música: José Asunción Flores RUEGO Y CAMINO (Guarania) Por el camino de la esperanza va mi alegría Por el camino de la esperanza se va mi amor Para decirte que siempre vives En mi memoria Como una hermosa, fresca y lozana Divina flor. Mi pensamiento Te nombra en dulce melancolía Y tu sonrisa brilla en mi sombra Como una luz Y en mi añoranza de caminante y de lejanía Con fe sagrada ruego en silencio Junto a la cruz. Ruego del alma que sólo implora Que no me olvides Porque en mi vida noble y humilde Sólo estas tú Por el camino de la esperanza va mi alegría Por el camino de la esperanza se va mi amor. Letra y Música: Agustín Barboza |
MI PATRIA SOÑADA (Guarania) Fulgura en mis sueños, una patria nueva Que augusta se eleva, de la Gloria al reino Libre de ataduras, nativas o extrañas Guardando en la entraña, su prenda futura. Patria que no tenga hijos desgraciados Ni amos insaciados que usurpan sus bienes Pueblo soberano por su democracia Huerto con fragancias de fueros humanos. En un paraíso sin guerra entre hermanos Rico en hombres sanos de alma y corazón Con niños alegres y madres felices Y un Dios que bendice su nueva ascensión. Patria sin muralla para el pensamiento Libre como el viento, sin miedo a metrallas La Nación modelo que por su cultura Se ponga a la altura de todos los cielos. Donde alegres trinos de son libertarios A los proletarios y a los campesinos Patria donde haya voces de estudiantes Promesas vibrantes de luz Paraguaya. Sueño en una patria sin hambre ni penas Ni odiosas cadenas que empañen su honor Donde el bien impere sin sangre ni luto Bajo su impoluto manto tricolor. Letra: Carlos Miguel Jiménez Música: Agustín Barboza |
Memoria Viva
"RESERVISTA purahéi":
Combate que gana el amor
José Asunción Flores
solicitó a Agustín Barboza
que la musicalizara. La composición
planteaba con
hondura un problema existencia. Y
Charles Aznavour
lo plagió.
por:Mario Rubén Álvarez
"Mba´éiko nde rejapo ápe. Oiméne nde la vieja ohaimbe´e otro ndie nde rembokapu aja", se decía en la dura guerra contra Bolivia, en el Chaco, según contaba el poeta Félix Fernández, en el homenaje que le rendió el Festival de Ypacaraí en 1982. Y, entonces, los sentimientos del combatiente que había dejado al otro lado del río a su esposa, a su concubina, a su serviha o a su amada, simplemente, eran fogatas que quemaban su espíritu. El peligro de que alguien ocupara el lugar del ausente era real.
Después, sin embargo, volvía la paz interior cuando el soldado, al dejar las armas y convertirse en reservista, reintegrado a la vida civil, encontraba que en su casa el cariño permanecía intacto,quedando las dudas sepultadas en la certidumbre.
Ésa es la idea que el poeta popular nacido en Itauguá el 18 de mayo de 1898, excombatiente, tomó para escribir una de sus más estupendas obras: Reservista purahéi.
En los años posteriores a la finalización de la lucha con Bolivia, Félix remitió una carta a su amigo José Asunción Flores, que estaba en Buenos Aires, pidiéndole que le pusiera música al poema que le adjuntaba.
-Nde, Severo; Félix niko oipota amomúsica chupe ko poesía. Ha nachetiémpo aikóvo. Ejapomína ñandeve chupe pe hempipota- le pidió Flores al bandoneonista y compositor Severo Rodas. Cómo no, eheja che cárgope- replicó el guaireño.
Pasó el tiempo. Nueva carta de Fernández al creador de la guarania.
-Ha upéi, Severo, ne´írã piko oï la Félix musicarã.
-Nde bárbaro, che resaraiete.
Fue entonces cuando José Asunción solicitó a Agustín Barboza la música para Reservista purahéi. El joven cantor, que ya había compuesto algunas canciones, se lanzó de lleno a la tarea.
La composición, admirada por propios y extraños, planteaba con hondura un problema existencial. Pronto cobró fama. Fue grabada sin pausa. Hasta el propio Charles Aznavour, que estuvo por Asunción para participar de la filmación de una película, en 1962, se interesó en ella. Habló con Agustín Barboza –según relata éste en Ruego y Camino, su libro de memorias-, y le pidió autorización para "traducirlo al francés, editar la partitura e incluso proceder a su grabación". Tan seria era la cosa que hasta firmaron un acuerdo con términos precisos.
Algunos años después, Cristóbal Cáceres y Luis Alberto del Paraná le avisaron desde Europa a Barboza que Aznavour había plagiado su música en La mamma, que empezaba a tener inusitado éxito. Había ocho compases idénticos en la primera parte de la melodía. En la segunda, continuaban las similitudes.
Ante tan grave hecho, Barboza viajó primero a Buenos Aires y luego, en barco, en compañia de su esposa, Yverá, a Barcelona, y posteriormente a París. Varios amigos le facilitaron los trámites y el compositor demandó, a través de un prestigioso abogado francés, a quien le había robado parte de su producción intelectual.
Ante el telegrama colacionado que recibió, Aznavour se llenó de espanto y pidió negociar. Al llegar a la reunión con Barboza, esgrimió excusas que no le excusaban para nada. Lo cierto es que Agustín Barboza, en aquella época, le cobró una importante suma de dinero y Aznavour aceptó la imposición de otras condiciones.
Reservista purahéi Tekove vai ndajeko hosãva Karia´y ñaña nemoporãséva Nanemandu´áipa ra´e upépe Upe ne ñe´ë ahypyi ysapýpe Aju rojuhu repivérõ guáicha Opáma la guerra hãime ndaroviái Letra: Félix Fernández |
Soldados durante la Guerra del Chaco (1932-1935) |
(x) Del diario "Última Hora" (El Correo Semanal), del
26/27 de Diciembre de l998 (Asunción, Paraguay)
(xx) Veáse la entrevista que le hicimos a Agustín Barboza en 1968,
donde habla sobre este tema.
FIGURAS de
ayer y de hoy
AGUSTÍN
BARBOZA
El don de la amistad (x)
por:
César González P.
cesarpaez@yagua.com.py
Don Agustín Barboza (1913-1998), aparte de dejarnos su legado musical, ha escrito un libro sustancioso que se titula Ruego y Camino, que contiene sus memorias, reeditadas ahora por Expolibro e Intercontinental Editora.
No es la primera vez que hablamos de esta figura que ha prestigiado la música paraguaya. Ya lo hicimos en otras entregas. Hoy nos ocupa este libro que encierra los conceptos que Barboza tenía sobre quienes fueron sus amigos, a los que también llamaba sus hermanos. De eso se ocuparán estas líneas que evocan su recuerdo.
De José Asunción Flores escribiría: ”Él me enseñó la lucha por el arte con destino y contenido, es decir, el arte para el pueblo, la dignidad de nuestro oficio, la importancia de nuestra conducta y la disposición al sacrificio en bien de nuestra música.” En su evocación recuerda lo que escribiera el gran poeta Jorge Guillén: ”Flores lleva tu apellido y flores tu corazón.”
Definió al escritor Carlos Miguel Jiménez como ”un sacerdote del idioma. Hizo un pacto con las musas que le permitió llegar a los niveles más profundos de la palabra. De Mauricio Cardozo Ocampo señalaría que fue un hombre ”siempre alerta en su trabajo, que defendió con vehemencia y sabiduría nuestro patrimonio rítmico en un instante de confusión, en el que personas inescrupulosas quisieron presentar a la polca paraguaya bajo el burdo disfraz de otro nombre”.
Para Hérib Campos Cervera tenía palabras elogiosas cuando señalaba: ”Escultor y orfebre de un verbo encendido, supo cantar a las manifestaciones esenciales de la vida, el tiempo, la patria y el hombre”, agregando que ”sus versos se metieron en el trigo y la levadura, y se multiplicaron en panes munificientes que mitigaron nuestras penas y nostalgias por los caminos del desarraigo”.
De Carlos Lara Bareiro recuerda que su Gran Guarania en Do Mayor, por su brillante melodía y toda la riqueza de su variada armonía, era una de las piezas que debían ejecutar los alumnos avanzados en la Escuela de Música de la Universidad Nacional de Río de Janeiro. Volvió al Paraguay para fundar una orquesta sinfónica. Cuenta Barboza que mientras se brindaba un concierto bajo la dirección de Lara Bareiro, estalló un golpe de Estado. Los insurrectos dispararon contra el teatro. Luego vino su exilio –según nos cuenta en sus memorias-, agregando que ”otros cielos gozaron de su privilegiado talento”, recordando que fue laureado en el Brasil.
Vale la pena leer las sinceras revelaciones de Barboza, donde narra la larga travesía de su vida, que ascendió de la penuria al éxito. Una existencia que no se puede resumir en una página, pero valga para resaltar la actitud de este honrado músico hacia sus amigos también artistas, sus hermanos.
(x) Del diario ÚLTIMA HORA, 17-18- de junio de 2000 (Asunción,
Paraguay).
(xx) Del libro ”RUEGO Y CAMINO” (1996), por Agustín Barboza. Este
libro se puede adquirir en: Fundación Agustín Barboza. Calle:
Simón Bolivar No. 337, Asunción, Paraguay. Tlf./Fax: 00595-21-441-126